A las 9,15 horas nos pusimos en marcha, y claro, la "marcha" de esta gente, es llegar a la cumbre en poco mas de hora y media.
Un momento que me paro a quitarme ropa, hacer alguna foto y algún vídeo, y ya me quedo totalmente descolgado del grupo.
Vemos que la parte superior de la montaña esta cubierta por la nubes. Subimos con la esperanza de que al llegar a la arista, vaya despejando.
Pero no fue así, y llegamos a la cumbre envueltos por la niebla y con una temperatura bastante fresquita. Como no podemos admirar el paisaje que esta montaña ofrece, nos centramos en el champán y los turrones que ha acarreado el personal.
La foto de cumbre, con buenos amigos de viejas aventuras.
La cumbre está atiborrada de personal. Me encuentro con Toca, un viejo conocido que también le da a esto de la montaña.
Tras vaciar las botellas y apurar los turrones, iniciamos el descenso, a mucha mayor velocidad que en la subida.
La niebla nos sigue acompañando, aunque menos cerrada que en la subida.
Alvarito y Santi, buenos compañeros de otras aventuras. Hacia tiempo que no nos veíamos.
Como suele ocurrir mucho en la montaña, a medida que descendemos, va despejando.
El Pico de la Miel, aún sin nieve, sigue estando muy guapo.
Desbandada general.
Pasadas las 12 llegamos a los coches. Rematamos la mañana con unas cervezas en San Roque de Ríomiera.
Y esto fue todo. Que el año que viene nos podamos juntar todos en esta bonita y emblemática montaña.