Y precisamente, ese recorrido desde la cumbre del Colina al pueblo de Asón, es el que llevábamos en mente el sábado pasado para en lugar de en descenso, utilizarlo como ascenso desde el pueblo de Asón a la cumbre del Colina, pasando por las cabañas de el Albeo y el monte Cerrilla.
Pocas referencia teníamos de este ascenso, desconociendo el trazado y las dificultades que nos podríamos encontrar, solo Jesús había visto algo en internet y tenia la información de donde teníamos que coger el desvío en el camino que sube de Asón a la cascada del nacimiento del río Asón, y Jose que traía en su GPS unos traks de la zona entre los cuales se podría encontrar el de la subida que queríamos realizar.
Con esta incertidumbre, unos minutos antes de las 8,30 nos pusimos en marcha desde el lugar donde dejamos el coche, en un punto intermedio entre el pueblo de Asón y el barrio de San Antonio, .
Jose, Cristina, que comenzaba su temporada de verano con nosotros, Julio, Jesús, Chema y un servidor, formamos el sexteto que se apunto para la ocasión.
Encontramos el desvío sin problema y comenzamos a ascender por un sendero muy marcado que enseguida nos introduce en un monte bastante frondoso, poblado por unos robles de tamaño considerable.
Entre las hojas de los árboles vemos la Peña Lavalle.
De momento el sendero está perfectamente marcado y comenzamos a disfrutar de los bellos rincones que el bosque nos va descubriendo.
En este tramo de altos helechos, vemos que el sendero ha sido recientemente limpiado.
Llegando a las primeras cabañas de Los Apartados comenzamos a ser guiados por unos "hermosos" hitos.
A nuestra espalda tenemos los impresionantes paredones que caen de la cumbre del Mortillano.
Seguimos ascendiendo guiados por los hitos y atravesando varias praderías que nos hablan de la importancia ganadera que tubo en su día esta zona. Hoy en día la mayoría de las cabañas que hay por la zona se encuentran en proceso de derrumbe.
Por encima de las cabañas el sendero nos introduce en la sombra de unas enormes hayas. Una de ellas nos la encontramos tumbada en el suelo víctima de algún tremendo vendaval.
Salimos del bosque de hayas y tras atravesar un pequeño collado, salimos por encima de las cabañas de El Albeo.
Ya vemos a nuestro frente el monte Cerrilla, a la derecha del cual nos tenemos que dirigir.
Dos vistas de las cabañas de El Albeo.
Llegamos al borde del monte Cerrilla y tras rodearle por su parte derecha llegamos a una pequeña loma donde comienza la arista que termina en la cumbre del Colina y donde también comienzan las espectaculares Hazas que caen del Colina hacia el barranco de la Sota.
Jesús nos enseña con las referencias que trae, el sendero que recorre la llamada Haza Loba que atraviesa todo este vertical farallón hasta las cabañas de la Sota.
En frente nuestro tenemos el Porracolina con la subida que se realiza a dicha montaña por Sotombo desde el barranco de Rolacias.
Por encima del Haza Loba cogemos un apenas marcado sendero que nos permitirá superar los primeros farallones y nos depositará en la larga arista que sube hasta el Colina.
En este primer tramo el sendero nos obliga el ir con la máxima atención. La hierba, que se encuentra muy alta, oculta casi por completo el sendero y no vemos bien donde ponemos los pies. Además el sendero va por un terreno muy inclinado y casi pegado a una de las paredes que forman estas Hazas. En algunos tramos han colocado un cable que ayuda a quitar un poco el miedo.
Subida espectacular con las cabañas del Chumino muchos metros por debajo nuestro.
Superada la parte mas expuesta de la ascensión, cogemos un marcado sendero que nos lleva hacia el llamado Hoyón de Saco, una gran depresión en el terreno, situada al pie del Colina.
La cumbre del Colina ya a nuestro alcance.
El Hoyón del Saco.
Nos dirigimos a coger de nuevo la arista que sube al Colina.
La alargada cumbre del Colina. Su punto mas alto se encuentra en la parte derecha de la inclinada meseta que forma su cumbre.
La guapísima arista que sube desde Asón hasta el Mosquitero y termina al pie del Porracolina.
Ya sabemos que es transitable.
¡La ponemos en nuestra agenda para no tardar en ir a recorrerla!
Al fondo se ve la sierra de Mullir con La Muela, su cumbre principal.
Peñas Rocias y el Mortillano al fondo. Por delante la ancha arista hacia el Colina.
Cabañas en sitios increíbles por encima del barranco de la Sota.
El barranco de Rolacias con la cabañas del Chumino y las Hazas que hay por encima de ellas.
Nosotros vamos recorriendo la de mas altura admirando el impresionante paisaje que tenemos a nuestros pies.
A lo lejos vemos el Mosquietrero, modesta, pero bonita cumbre que encabeza la portada del blog de nuestros amigos del Peñas Arriba.
Cristina disfrutando a tope de la marcha.
El grupo llegando a la cumbre.
Aunque la cumbre no es muy montañera, la foto del grupo no puede faltar.
Como aún es pronto para comer, iniciamos el descenso dirigiéndonos hacia Brenacobos con la intención de visitar, sin perder mucha altura, uno de los espectaculares pasadizos rocosos que hay por la zona, para después continuar hacia otra de las maravillas que ofrece esta zona, los Castros de Horneo.
Hacia la zona que nos dirigimos vemos surgir un espeso humo y cerca de el dos lugareños montados a caballo alejándose del lugar del "crimen". A estas gentes no hay quien les corrija de sus malos hábitos.
Bajando hacia Brenacobos.
Los "incendiarios" pasan a nuestro lado.
A nuestro frente, las cabañas de Brenacobos.
Dejamos a nuestra derecha el Picón del Fraile con las cabañas de Bustalveinte a sus pies. Por ahí anduvimos a "ciegas" en la marcha con los de UGT.
Los Campanarios al frente.
Chema y Jesús nos llevan hasta uno de los pasadizos rocosos que vamos ha recorrer.
No es de los mas grandes, pero si de los mas bonitos.
Dentro de el, la vegetación lo invade todo.
Los Castros de Horneo. Da la sensación que la montaña se acaba de desmoronar.
Una vista hacia atrás.
Nos vamos acercando a los Castros.
Pero antes de introducirnos en sus entrañas, realizamos una visita a la cueva de Turrutuerta.
Una gran bóveda con forma de V invertida y unos 60 metros de profundidad. Aparentemente la cueva no tiene continuidad.
Una foto de dentro hacia afuera.
Siguiendo unos hitos recorremos este gran caos de roca caliza en busca de la entrada a los impresionantes desfiladeros.
Comparad la figura de Jose en la parte inferior de la foto con las moles de roca que tenemos delante.
Con la canal del Coladero al fondo.
Nos metemos en el laberinto de los desfiladeros.
Se tiene la sensación de que en cualquier momento uno va ha ser engullido por estas gigantescas moles.
Continuamos el recorriendo por el único sitio posible.
Llegados a un punto, Chema nos propone dejar las mochilas e introducirnos por un pasadizo para luego salir por un agujero donde hay que pasar arrastras, para volver a cerrar el circuito en el punto donde están lasa mochilas.
Este es el agujero que nos introduce en un nuevo desfiladero. Esta bastante vertical y tenemos que bajar agarrándonos a unas gordas raíces que afloran por el suelo.
Se sale a este lugar. ¡Esperemos que no se produzca en estos momentos un terremoto!
Y este es el pasadizo de salida. ¡Madre mía, que claustrofobia!
El descenso que tuvimos que realizar tras salir del agujero para volver al sitio adonde habíamos dejado las mochilas.
Tras recoger de nuevo las mochilas, enseguida salimos ya de los desfiladeros.
Curiosísimas formas las de estos pedruscos.
Una vez dejamos atrás los pasadizos, nos dirigimos hacia la izquierda siguiendo unos hitos en busca del camino que saliendo del Alto de la Posadia lleva hasta las cabañas de Saco.
Nos costo un poco encontrarle, pero al fin llegamos a el. Nosotros le abandonamos antes de llegar a las cabañas cuando encontramos un desvío con un indicador que pone "Cerrilla".
Los buitres nos anduvieron rondando todo el día.
El sendero bastante marcado, nos baja por un monte de hayas hasta que salimos al sendero por donde subimos esta mañana, justo a la altura donde encontramos el haya caída.
Ahora ya solo nos queda descender el bonito monte de roble por donde subimos por la mañana.
Enfrente nuestro tenemos los paredones que caen del Mortillano con esas espectaculares cuevas.
Curiosas formaciones rocosas.
Tras salir al camino que viene de la cascada, solo nos queda recorrer kilómetro y medio hasta llegar donde tenemos los coches. Las nubes anunciadas para por la tarde, ya cubren los altos por donde hemos caminado. Han tenido la delicadeza de esperar a que nosotros descendiéramos.
La linda gatita que nos saludo por la mañana, también se despide de nosotros por la tarde.
Después de muchos años de recorrer caminos y montañas, aún nos quedan muchos y bellos rincones por descubrir.
Ha comenzar a planificar el siguiente.
Y echad un vistazo a los vídeos, creo que merece la pena.