Son las 4 de mañana, suena el despertador y salto veloz de la cama, a las 4,45 pasará a recogerme Jose para después pasarnos por la calle Castilla a recoger a Julian. He dormido menos de 4 horas, me he despertado varias veces debido a los nervios que casi desde el jueves me andan torturando mi estomago y mi mente. El reto que pretendemos realizar en el día y que consiste en subir a la cumbre del Torre Cerredo desde Poncebos por la canal del Agua, lo confieso, me atemoriza. Es una actividad muy fuerte, 2.400 mts. de desnivel desde Poncebos a la cumbre, más otros 200 que tenemos que superar para recuperar lo que se pierde en la senda del Cares, lo que hace 2.600 mts. La canal del Agua no la conozco, y las referencias que tengo es que tiene bastantes tramos de trepada algo comprometida, pero ya no tiene vuelta atrás, y estoy deseando llegar cuanto antes a Poncebos y ponernos en marcha, pues sé por experiencia que en cuanto comencemos a caminar, los temores, si no desaparecen del todo, por lo menos se irán diluyendo a medida que vayamos salvando los obstáculos que el terreno nos vaya presentando.
Y a las 6 de la mañana llegamos al lugar desde donde iniciamos la marcha. Aún es de noche total y el cielo está plagado de estrellas. La constelación de Orión se ve al completo centrada en la uve que forma la canal del Tejo por donde discurre el camino de ascensión al pueblo de Bulnes, y por donde descenderemos por la tarde a nuestro regreso.
¿como bajaremos? y ¿a qué hora?
en estos momentos es toda una incógnita.
Nos ponemos en marcha a las 6,20 de la mañana y enseguida nos desviamos a nuestra derecha para enfilar el camino que nos comienza a elevar en este primer tramo de la senda que recorre la "divina garganta del Cares" alumbrando el suelo con nuestras frontales para ver donde ponemos los pies, pues la oscuridad es aún total, y con la "fresca de la mañana" vamos ascendiendo a buen ritmo y caminando con mucha facilidad.
Llegamos a los Collados, que es la cota más alta de la parte de la senda que vamos a recorrer y continuamos, ahora en descenso, introduciéndonos en las entrañas de este impresionante desfiladero, que con la primera claridad del amanecer impresiona aún más.
Llegamos a la mitad de los 12 Km. que separan Poncebos de Cain, lugar conocido como Culiembro, ya no necesitamos nuestras frontales para poder caminar, y a las 8 y cinco encontramos a la izquierda del camino la caseta de la Sota, según las referencias que traigo, a la derecha de dicha caseta tenemos que coger el sendero que nos descenderá hacia las entrañas del río Cares.
Jose dice que no, que es más hacia adelante donde se coge dicho sendero. No le discuto, pues él es el único que ha realizado este recorrido en otra ocasión, pero las referencias que yo he visto eran claras al señalar la bajada a la derecha misma de dicha caseta.
Jose sigue avanzando por el camino en busca de la bajada mientras Julian y yo guardamos nuestras frontales, recogemos nuestros bastones, pues tendremos que echar las manos en el descenso, y echamos un trago de agua.
-he visto un jito por debajo de la pared de la senda.
Comenzamos a descender por un sendero poco marcado y bastante accidentado, y de pronto nos encontramos con un paso vertical
Comenzamos a descender por un sendero poco marcado y bastante accidentado, y de pronto nos encontramos con un paso vertical
¿por donde se baja esto?
el sendero algo marcado pero muy vertical, aunque con buenos agarres, nos va bajando por un terreno que mete miedo, con mucha maleza y también mucha piedra.
Descendiendo con sumo cuidado, pues un descuido aquí supondría el ir de cabeza varios metros por una pared casi vertical, enseguida salvamos esta parte "peligrosilla" y nos metemos en una riega seca de agua que desciende vertiginosamente hacia el cauce del río.
Saltando de piedra en piedra al cabo de un rato llegamos a la orilla del río, y uno se siente en las mismísimas entrañas de los Picos, con el río encajonado entre paredes verticales y con una vegetación exuberante que no te deja ver lo que tienes por encima de la cabeza.
Sabemos que ahora tenemos que descender unos metros por la orilla en dirección hacia Poncebos, para buscar un lugar con bastante piedra por donde se puede salvar el río para pasar a la otra orilla.
Aunque en un principio parece que no hay por donde caminar, Jose que va en cabeza enseguida encuentra por donde ir salvando la roca y la maleza que dominan la orilla del río.
Y después de andar algo menos de 50 mts. encontramos unas grandes piedras que cruzan el río hacia la otra orilla, donde se percibe entre la espesa hierba un atisbo de senda que por terreno muy vertical se pierde entre los arbustos.
Pasamos el río con sumo cuidado, lo que no impide que alguno se dé alguna culada, pues las piedras donde tenemos que poner el pie están muy resbaladizas.
Y comenzamos a trepar por el vertical sendero, sirviéndonos de las largas hierbas de agarre para nuestra manos.
Vamos progresando en horizontal, y cada poco tenemos que pararnos para intentar descubrir por donde continua el sendero. Perderle nos supone progresar por terreno muy vertical y escarpado, por lo que en varias ocasiones tenemos que retroceder para recuperarle.
Nos lleva más de una hora entrar en la canal de la Ria, con el Cares sonando aún muy cerca de nosotros.
Nuestro progreso es lento ya que el terreno es muy accidentado, y continuamente tenemos que superar pasos algo delicados que requieren toda nuestra atención.
Por fin entramos en la canal de la Ria, dando un giro a nuestra izquierda y el terreno se vuelve más abierto y más cómodo, aunque también más empinado.
Vamos ascendiendo por la margen izquierda de la canal, donde a tramos nos encontramos con algún haya, por encima de las cuales se ve aparecer la arista de roca característica que marca la entrada a la canal del Agua, pero para esto aún nos queda mucho.
Pienso que esto hay que tomárselo con mucha paciencia, pues sabemos que la ascensión va ha ser muy larga.
A las 10,30 nos paramos a tomar las 11. Hace ya casi 6 horas que hemos desayunado, pero nuestra parada no dura más de 10 minutos, pues sabemos que hoy nuestro tiempo es oro, y después de un picoteo rápido nos ponemos otra vez en marcha.
Seguimos ascendiendo por terreno empinado, pero me anima el ver que subo ligero y de momento nada cansado, después de los miedos iniciales, me está resultando uno de los días que más estoy disfrutando de la ascensión , aunque a medida que nos acercamos a la entrada de la canal del Agua, mi estomago vuelve a sentir el cosquilleo de los nervios.
En la foto se aprecia lo escarpado de la entrada a la canal, y si os fijáis, en la parte inferior izquierda se le ve a Jose, que sirve de referencia para ver lo diminutos que nos vemos ante las paredes que nos rodean
Por la parte izquierda vamos superando los primeros tramos de entrada a la canal, siguiendo los rastros de un poco marcado sendero, con algún jito de vez en cuando y con algunas trepadas bastante verticales que nos exigen la máxima atención, unas veces por roca y la mayoría por hierba que dificulta la seguridad de nuestra pisadas.
Tenemos que seguir por la margen izquierda antes de entrar en el fondo de la canal, y nos encontramos con una zona más vertical de lo normal. Dudamos si salvarla por nuestra derecha, pero como parece que hay vestigios de pisadas comenzamos a trepar y antes de salvar lo más vertical vemos que hay que realizar unos pasos en travesía con malos apoyos que nos hacen soltar adrenalina a tope.
Lo superamos y cuando ya parece que podremos acceder sin dificultad al fondo de la canal vemos que delante de nuestro pies se abre una pared casi vertical que no vemos por donde atacarla.
Por fin, buscando unos metros más abajo vemos un paso algo pisado por donde por fin podemos descender a la canal, no sin poner la máxima atención en nuestra progresión para evitar algún percance.
Caminamos unos metros por el fondo de la canal y enseguida nos encontramos con un muro casi vertical
Caminamos unos metros por el fondo de la canal y enseguida nos encontramos con un muro casi vertical
-por aquí no podemos subir.
-¿por donde demonios salimos de aquí?
Buscamos algún indicio de salida y vemos que a nuestra derecha sale un atisbo de senda que supera la empinada cuesta de hierba y comenzamos a trepar agarrándonos donde podemos.
Buscamos algún indicio de salida y vemos que a nuestra derecha sale un atisbo de senda que supera la empinada cuesta de hierba y comenzamos a trepar agarrándonos donde podemos.
Al poco tenemos que dejar de trepar para atravesar en horizontal, por la pindia ladera del margen derecho, para dirigirnos otra vez al fondo de la canal.
Como el suelo está bastante húmedo, la tierra se pega a nuestras botas y cundo tenemos que pisar sobre roca, la inseguridad es total, debido a lo resbaladizas que se vuelven nuestra pisadas.
Y así va transcurriendo toda esta primera parte de la canal.Cuando volvemos la vista sobre nuestros pasos parece que salimos de las mismas entrañas de la tierra, y a pesar de la tensión estoy disfrutando a tope, pues pese al esfuerzo no me encuentro casi cansado y veo que casi sin darnos cuenta estamos salvando desnivel, aunque según el móvil-GPS y no sé cuantas cosas más de Jose, en una hora hemos superado 50 mts. (Cuando llegamos al collado del Agua le oí comentar no sé que de tirarle a la basura)
Por fin el fondo de la canal se hace más transitable y ya casi no tenemos que salirnos de ella para progresar.
Por fin el fondo de la canal se hace más transitable y ya casi no tenemos que salirnos de ella para progresar.
Y un poco antes de la una llegamos a la ladera herbosa en que se convierte la canal y que termina en un collado con unas vistas increíbles hacia el macizo occidental.
Vemos la canal de Trea, que recorrí hace ya varios años y que me gustaría volver a visitar, en la foto de abajo la vemos a la izquierda. La de la derecha es la canal de Sollambrio que algunos de nosotros ascendimos hace ya más de tres años. Las dos canales convergen en la bonita vega de Ario.
Nos hacemos unas fotos y continuamos con el ánimo de vislumbrar ya el collado del Agua al final del último tramos de la canal
Y un poco antes de las 2 y media llegamos al collado del Agua, lugar de entrada al Jou de los Cabrones, y nos obsequia con unas magníficas vistas, con el grupo de los Albos y a su derecha el Neverón de Urriello. A nuestra derecha se elevan imponentes el Torre Cerredo, el Pico de los Cabrones y el Pico Dobresengros que es el más inmediato al lugar donde nos encontramos.
Después de felicirtanos por haber superado esta exigente canal, deliberamos hacia donde dirigiremos nuestros pasos a partir de estos momentos. Vemos que por la zona del Cerredo quedan vestigios de la primera nevado de la temporada y comento que si en la subida al Cerredo quedan restos de esta nieve hay que desechar el intentarlo. Por otra parte Jose ha manifestado que tiene que llegar a casa hacia las 10 y media como muy tarde, su mujer tiene esta noche una cena de despedida y le corresponde a él cuidar de sus retoños . Hechamos cuentas: son las 2,30, el ir y volver al Cerredo nos supondrá como mínimo 3 horas, por lo que llegariamos al refugio de Cabrones hacia las 5,30 mas unas 4 o 4,30 horas de descenso hasta P. Poncebos nos dá que llegariemos al coche cerca de las 10 de la noche. Esto más el cansacio que ya llevamos, sobre todo Julian que anda hoy con el estómago rebueltillo (ya tiene mérito lo de este hombre, habrá que pedirle la receta de como llegar a esos años con esa "correa") nos hace desechar seguir con nuestro objetivo del Cerredo y rápido llega a mi mente una alternativa.
-¿alguno de vosotros ha subido al trave Central?-
-no-
-pues yo tampoco-
-¿que os parece si le subimos y así además de hacer la canal del Agua nos anotamos una cumbre inédita?
-es una subida sin mucha dificultad.-
Los dos están de acuerdo y lo siguiente es ver por donde iniciaremos nuestra ascensión.
-Creo recordar haber leido que desde el mismo collado donde nos encontramos se inicia la subida normal. Pero no vemos indicos ni de sendero ni de hitos.
Jose dice que tiene el teléfono de Sergio, el guarda de Cabrones y como desde aquí hay algo de cobertura hace una llamada.
Le contesta, y nos dice que la subida la debemos iniciar unos metros más abajo del collado, bajando hacia el refugio. También nos dice que al Cerredo ha subido hoy gente y que no han tenido problemas, pero nostros ya no cambiamos de idea e iniciamos nuestra ascensión al Cueto del Trave.
La ascensión requiere subir con atención pues hay mucha piedra suelta, pero sin problemas llegamos a un primer rellano que antecede a la cumbre principal de los Trave
Y sin más dificultad llegamos a la cumbre, de 2.253 mts., que nos recibe con uns vistas mágnificas y un viento en calma total, lo que nos invita a desgustar de las viandas que hemos cargado en nuestras mochilas durante nuestra dura ascensión.
Este es el motibo por lo que amo tanto las momtañas.
Ese momento en que ellas, cuando las apetece, te dejan conquistar su cumbre y disfrutar de la satisfación que da el haber sido capáz de superar las dificultades que has tenido que salvar para llegar hasta aquí.
Me siento totalmente féliz por unos momentos, una felicidad plena, pero que solo dura unos momentos, por lo que cuando vuelbes al mundanal ruido y a la monotonia diaria, comienzas a soñar con nuevos retos, con nuevas cumbres, que te permitan volber a sentir esos escasos momentos de felicidad plena.
Pero llega el momento de abandonar las alturas y comenzar el largo descenso hasta el lugar donde dejamos el vehiculo que nos devolverá a nuestras casas. Pasamos antes por el refugio de Cabrones y charlamos con Sergio, el amable guarda de este refugio perdido en la zona más elevada de los Picos.
La tarde nos invita a quedarnos en este espectacular y acogedor lugar, pero hoy no toca, tenemos que iniciar nuestro largo descenso hasta Puente Poncebos, 1.800 mts. por debajo de donde nos encontramos, pasando por la cuesta del Trave, la canal de Amuesa, el pueblo de Bulnes y por último la espectacular canal del Tejo
Y apurando las últimas luces del crepúsculo, lo justo para no tener que encender nuestras frontales, llegamos al lugar donde esta mañana a las 6 y 20 dejamos el coche para iniciar este aventura, que termina 14 horas y media despúes, felizmente y despues de haber superado 2.200 mts. de desnivel.
Iniciamos el camino de regreso repletos de satisfación, que se irá diluyendo a medida que pasen los dias en nuestra ajetreada y monótona vida, y nuestra mente comenzará a maquinar nuevos retos, nuevas pequeñas aventuras, que nos permitan, aunque solo sea por unos momentos, volver a sentir la felicidad plena.
-- Maestro, muy bueno el reportaje, pero que muy buena la marcha, quien tuviera esas facultades y horas de entrenamiento.-
ResponderEliminar-- Ten cuidado no te escacharres con tanto machaque.-
-- El 17 no vemos si todo va como hasta ahora, (me he operado de la boca).-
-- POSDATA: Quiero fotos de las otras marchas.-
-- Besitos, DIGO que te den...-
Que maravila de canal , algun dia me gustaría muchísimo subir alguna canal que salga del Cares , aunque ya veo que hay que ir bien mentalizado! que tengais muy bena marcha este sábado
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