lunes, 2 de noviembre de 2009

De la subida a Peña Ventosa y otros quehaceres

Primeramente, yo no sé si adredecer a Bertín la ruta tan amena y bien planeada que dispuso para este día, o dar las gracias a ANA y CONSUELO, que por ser "nuevas" en el grupo han tenido que la osadía y el arrojo de aventurarse con este "ganado", y, más aún, haber tenido las agallas de habernos soportdado a todos, ¡qué ya es mérito!, casi tanto como haber concluido esta marcha.

¡GRACIAS MIL Y MIL GRACIAS, ANA Y CONSUELO! ¡Sin vosotras, no sé qué hubiera sido del resto de esta gente!

Pues sí, pensábamos reunirnos cuatro pelagatos, pues había innumerables bajas en "la tropa", por distintos motivos: Javichu, su espalda; Helena, lo que viene arrastrando y su recuperación; JR, su trancazo; Espe, boda, y etc. etc.
Pero al fin se consiguió reclutar a 10 individuos, a saber: Maruja, Mayte, Ana, Consuelo, Dany, Julián, Tomás, Gelo, Bertín (el guía) y yo, Justo (el que suscribe).
El día, un poco nublado al comienzo, se tornó más placentero y agradable luego, quizá un poco mucho calor.Las incidencias: agua de fuentes y pilones, buitres, boñigas, trepadas, pasos "a deux" (a dos) manos y pies, algún mareo, cachondeo, hambre, culadas y más culadas, y, sobre todo, algería (Consuelo lo reocnoció al terminar), y buen humor. ¡Ah, y cansancio! Sí, todos. Y conclusión del día sin ningún percance. Bueno, sí, que se nos hizo de noche cuando llegamos a Santa María de Lebeña (ora pro nobis), ¡pero como somos hábiles...!

Nota.- Los reporteros gráficos dispondrán de material suficiente e ilustrativo para completar este reportaje.

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