Pues bien, el sábado pasado -22/1/2011- se dieron una serie de circunstancias que hicieron que esta inercia se rompiese un poco, y pasó de ser una salida más, a convertirse un poco en aventura que afortunadamente, salio bien, y al final resulto una ascensión que por lo menos a mi, me llenó plenamente y que quedará grabada con letras de oro en mi historial de buenas ascensiones.
Pero comencemos por el principio, después de la ascensión a Peña Prieta del sábado pasado, que también resultó de lo más interesante por diversos motivos, -algunos no muy agradables por desgracia- al ver que para el sábado las previsiones eran de que solo tendríamos algo de nubosidad y mucho frío -ideal para que la nieve esté muy bien para grampones- se me ocurrió que podríamos hacer yo, y los que quisieran acompañarme, Tiro Navarro por el valle de la Moñetas, ascensión que hacia tiempo tenia echado el ojo para realizarla en invierno.
-¡además ya hemos comido, y tenemos huella, son doscientos metros!
-¿que nos llevaría, tres cuarto de hora?
Julian y Rubén se animan y dicen que si, que de acuerdo.
Mayte, sin embargo dice que no, que ella ya pasa de la cumbre. Entonces la decimos que puede bajarse con los asturianos.
Accede, y Rubén la deja las llaves del coche y también la damos uno de los tres gualkis que llevamos.
Cuando llegan los asturianos -una chica y dos chicos- nos dicen que la subida no tiene ningún problema, solo una pequeña chimenea final que tiene hielo pero que los grampones agarran bien, eso si, dicen que en la cumbre hace muchísimo frío.
Inmediatamente nos ponemos en marcha y comenzamos a ascender hacia la cumbre. Aunque parecía que nos quedaba poco, cuesta subir, y cada poco hay que pararse a recuperar fuerzas. Yo voy moviendo los dedos de los pies y dando zapatazos en el suelo pues llevo los pies muy fríos a pesar de llevar botas de plástico. Cuando llegamos a un collado a menos de cien metros de la cumbre, donde hay que hacer un giro a nuestra izquierda, sopla un viento helador y me tengo que parar a ponerme una braga en el cuello y otra en la cabeza que refuerce la visera que ya llevo puesta. Miro el termómetro, marca doce grados bajo cero y una vez que me he tapado la cara ya no siento nada de frío.Me pongo de nuevo en marcha, pues mis compis han salido de mi campo de visión, y enseguida los veo que me están esperando. Continuamos, ya nos queda poco. Yo me vuelvo a parar y hago un vídeo que con los guantes y las manoplas es un poco incordio y me lleva mucho tiempo.y después de superar una corta chimenea, por fin llegamos a la cumbre donde sopla un fuerte viento pero con unas vistas magníficas. Los picos están rodeados por la niebla y las cumbres principales se nos muestran limpias y luminosas.
En esta vemos Peña Vieja, y al fondo emergiendo por encima de las nubes se ven el Lomas y el Cuartasal fondo el Pico Santa Ana, y por delante las otras cumbres de Tiro Navarro
Llegamos al sitio donde nos separamos de Mayte y los asturianos y vemos que la niebla sube por el valle y enseguida llegará a nosotros. Y efectivamente, visto y no visto, de repente nos vemos envueltos por la niebla y en unos instantantes el panorama ha cambiado radicalmente. En cuanto damos unos pasos la huella de los que ya han bajado desaparece, pues hay tramos que al estar la nieve dura apenas han dejado marca. Damos unas vueltas en su busca pero nada, tenemos que dejarlo, hay que tirar para abajo, descendemos un poco y la ladera cada vez se pone más pindia. De las huellas ni rastro, la nieve se confunde con la niebla y no tenemos la más minima referancia para poder guiarnos. Llamo otra vez a Mayte y la comunico nuestra situación. Nos dice que por abajo la niebla está alta y que bajemos pegados hacia la derecha del valle ¿pero donde está aquí la derecha?.
Seguimos descendiendo y esto cada vez está más pindio, parece que nos estamos metiendo en las entrañas de la tierra, pero no tenemos más remedio que seguir y confiar en nuestra intución para ir descendiendo. Lo peor es que llegemos a un cortado o a uno de los numerosos hoyos que hay por el valle y no sepamos por donde salir. Llegamos al fondo de una ancha y pindia canal toda cubierta de nieve que tuerce un poco a la izquierda. El descenso por la nieve sin apenas undirnos es rápido, pero la sensación de que estamos totalmente perdidos me va invadiendo poco a poco. De pronto me fijo en una pala de nieve que desciende por mi izquierda entre dos rocas y me parece percibir un relieve que la recorre por el centro. Me acerco y ¡efectivamente! ¡son huellas! acabamos de encontrar la huella de Mayte y los asturianos. Nos invade una gran alegría y nos encomiamos para intentar no perderla.
Ahora ya con la huella seguimos más rápidos y confiados y aunque seguimos envueltos por la niebla la esperanza de poder salir con bien de esta se va acrecentando en nosotros. Después de un rato de descenso la huella nos lleva a un cortado en roca que nos obliga a quitarnos los grampones y como la luz del dia ya se va difuminando sacamos las frontales -¡siempre hay que llevar una frontal en la mochila para casos como este!- Julián no la lleva, y como yo tengo dos le dejo una. Tras descender el espolón rocoso todavía hay un tramo largo con neveros, en algunos tramos bastante pindios y como la nieve sigue dura tenemos que ir con sumo cuidado de no tener un resbalón. En estos casos, por no parar unos minutos para volver a poner los pinchos, al final se pierde más tiempo, con el riesgo de resbalar y tener una mala caída. Al final se acaba la nieve y ya vamos más seguros.
Todavía hay una tibia claridad, son cerca de las siete, y durante un rato conseguimos seguir los jitos que de vez en cuando indican el camino más apropiado, pero llega un momento que los perdemos y continuamos descendiendo un poco intuitivamente. Hace ya un buen rato que caen granitos de nieve que van blanqueando el suelo y también ponen algo resbaladiza la piedra. La poca claridad que hay nos deja ver que estamos a la altura de la entrada del Vallellon, la larga canal que hay que ascender para subir al Escamellao, por lo que aún nos queda un buen tramo para llegar al fondo del valle y ya no se ve un pimiento.
Con la luz de nuestras frontales vamos descendiendo un poco a bulto, y de pronto comenzamos a pisar un pequeño sendero que tira hacia nuestra izquierda. Lo seguimos un rato y en esta ocasión no desaparece más adelante como nos ha ocurrido más arriba. Comento a mis compis que debe ser el sendero que en travesía llega a la majada del Fresnedal, y que el año pasado recorrimos cuando descendiamos por este valle procedentes de Collada Bonita. Si es así estamos salvados, pues una vez lleguemos a dicha majada que se encuentra al inicio de la canal del Fresnedal, -canal que hay que ascender para subir a Peña Castil y que conozco muy bien- ya tenemos un sendero bastante marcado que nos bajará asta los invernales del Toro, donde ya cogeremos la pista que nos lleve hasta donde tenemos el coche. Continuamos esperanzados, pero con mil ojos para no perder el sendero que de vez en cuando tiene algún jito. Hay tramos con más roca donde desaparece el sendero y a veces nos cuesta volver a encontrarlo. Rubén va el primero y no se le escapa una, poco a poco vamos avanzando sin perder el camino.
¡Pero como cambian las distancias y el tiempo cuando no hay luz! El recorrido se me hace muy largo y me parece que ya deberíamos haber llegado a las cabañas. Pero mientra haya sendero tenemos que continuar por el, y después de un buen rato de pronto aparece justo delante nuestro la cabaña tan esperada. Siento un gran alivio, y para celebrarlo nos paramos para echar un trago de agua, pues desde que iniciamos el descenso de la cumbre no he vuelto a beber, debido a que al final se me ha congelado el agua en la goma de chupar y me ha sido imposible desatascarla. Saco la botella y descubro que está medio congelada, con varios bloques de hielo, a pesar de llevarla metida en la mochila.
Después de echar un trago continuamos descendiendo por el sendero que al final nos lleva a la canal del Fresnedal. Seguimos descendiendo por su margen izquierda y después de un rato el terreno cada vez se pone más empinado
-¡si a mi me parece que no había tanto desde la cabaña al final de la canal!
-¡no puede ser que nos hayamos equivocado!
Seguimos descendiendo y ya vemos que el terreno se suaviza por lo que deduzco que ya estamos saliendo de ella. De pronto Rubén que va delante dice:
-¡una cabaña!
-¿¿¿¿¿
-¿una cabaña?
-¡se supone que donde estamos no hay ninguna cabaña!
-¡ya caigo! ¡no es una cabaña! ¡es un piedra!
Y efectivamente, es una gran piedra totalmente rectangular que se encuentra al inicio de la canal y que recuerdo de las veces anteriores que he pasado por aquí.
Siento un gran alivio, ya desde aquí no tenemos pérdida, pues aunque no encontremos el desvío para entrar a la vega del Toro, siguiendo recto hacia abajo nos tenemos que encontrar con la pista que baja de Aliva y con el río Duje.
Y efectivamente, seguimos el marcado sendero aún más remarcado por la ligera capa de nieve que está cayendo y que hace que el sendero blanquee más que los arbustos que hay por sus orillas y enseguida encontramos las rocas que dan entrada a la parte superior de la vega del Toro. Llamo a Mayte por el gualki para comunicarla nuestra situación y tranquilizarla.
-¡A ver Mayte!, ¿me escuchas?
-¡Mayte, ¿me oyes?
-si, os oigo, ¿estáis ya en la pista?
-si, enseguida llegamos a ella, estamos llegando a la vega
-¡Berto! ¿estáis ya en la pista?
No me ha oído y la repito nuestra posición. Al final ya me escucha, ¡en buena hora traje los gualkis!
-¡bien, bien! ¡os queda media hora por la pista, aquí os espero!
Y totalmente contentos y satisfechos por haber conseguido salir con bien del atolladero recorremos la pista que en esta ocasión nos sabe a gloria el recorrerla
De tarde en tarde no viene mal una aventurilla de estas, sobre todo si acaba bien como en esta ocasión, aunque no sé que hubiese pasado si no llegamos a en encontrar la huella que al final nos sacó de la niebla. De haber tenido que hacer noche, aunque la temperatura era baja, no creo que hubiésemos tenido mucho problema pues íbamos bien equipados de ropa y yo siempre llevo una manta térmica que ayuda a retener el calor.
El riesgo que asumimos en esta ocasión, fue el de la niebla, pues aunque cuando llegamos a la cumbre estaba aún despejado, teníamos bastantes posibilidades de que en cualquier momento se nos metiese, como así ocurrió. De no haber sido por la niebla, con un día despejado, aunque la hora de llegar a la cumbre era un poco tardía no hubiésemos tenido ningún problema para bajar.
Pues nada, esto fue todo. Espero que os guste el “rollo” que he metido, lo he hecho para compartir con vosotros esta aventurilla, y a la vez me ha servido a mi de recordatorio de lo que al final fue un gran día de montaña.
¡Ha! Y quiero dar las gracias a mis compis por su serenidad en los momentos más tensos, cosa muy importante también para mantener la calma y la concentración para poder salir del atolladero.
¡¡NOS VEMOOOS!!
Berto, sois unos tios cojonudos, con un par. Ya veo que lo pasasteis
ResponderEliminarun poco mal, pero con el teson y fé se sale de cual quier apuro.
Me ha encantado tu relato y he disfrutado de todo ello, ya que no puedo acompañaros disfruto de las fotos y videos.
Me ha gustado el relato. Mucha tensión, pero al contrario que Luis yo no te voy a felicitar. No se puede ser tan cabezón Bertín, a veces hay que saber renunciar a la cumbre. Una noche al raso en esas condiciones puede ser fatal... y te necesitamos como guía durante muchos años, y aún tienes muchas montañas que enseñarme. A mí, y a mis chavales.
ResponderEliminarAsí que cuidadín, y esta vez más que nunca enhorabuena, que en el fondo me has dado algo de envidia sana.
Felicidades, es una bonita y aventurada marcha, las fotos guais y el relato espléndido, (no tan guai).-
ResponderEliminarDespués de las felicitaciones quiero echaros la bronca por esponer lo que yo considero más de lo racionalmente aceptable.-
Las cosas han salido bien pero podian haber salido de otra manera y no sabemos como habria acabado la cosa con ese frio toda una noche.-
Bueno no más bronca, que os quiero y me encuentro muy agusto con el grupo que forma el 2000 y Pico.-
Saludos
Yo tambien iba a reñirte, pero bueno me conformaré con decir que estoy de acuerdo con mis compañeros y Felicitar a ..Mayte la única del grupo que demostró tener dos dedos de frente. A las 15,30 intentar una cumbre en enero, no es para nada recomendable (y además con niebla) por Dios Berto que pareces nuevo... Ah! y el mismo rapapolvo para Julian,que también se le supone un montañero con experiencia.
ResponderEliminarYo tambien os quiero
Hola Alberto, buenas tardes.
ResponderEliminarMe gustaria saber si para este año 2011 teneis pensado u organizado algun viaje grande a Alpes u otra zona.
¿Puedes informarme de ello?
¿Podrias darte tu correo electronico y te explico para que es?
No puedo explicarte mucho más porque es una sorpresa para una persona que visita el blog y no quisiera que lo leyera.
Estoy a la espera de tus noticias.
Muchisimas gracias y un saludo,
SARA
Hola Alberto buenas tardes.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog. Es interesante contar las expediciones que haceis.
Me gustaria consultarte si proximamente teneis pensado hacer un viaje largo, tipo Alpes o similar.
Es un viaje sorpresa para una persona con la que compartis fines de semana y nos gustaria saber si hay algo programado.
¿Puedes proporcionarme tu email o telefono para hablarlo? Mi correo electronico es sarajorge@hotmail.com
A la espera de tus noticias y agradeciendo de antemano tu colaboracion, se despide atentamente,
SARA.
Bueno, bueno, no me riñáis tanto, ya se que tenéis algo de razón, pero solo algo……,y es que era sumamente tentador estar a 200 metros de la cumbre y con la tarde que hacia….., y además mis dos compañeros inmediatamente de proponérselo se entusiasmaron y claro, cualquiera se resiste, además algunas veces no viene mal salir un poco de la rutina y ponerle un poco de emoción a la cosa, y la satisfacción que nos dio el hacer cumbre después de no esperarlo……
ResponderEliminarTambién deciros que según he leído en el foro de picos, ese mismo día dos montañeros se despistaron bajando del mirador de Ordiales y tuvieron que pasar la noche al raso, los sacaron al día siguiente los greim hacia las 12,30 del mediodía y estaban en perfecto estado de salud pese a dormir a la intemperie.
De tedas las maneras no me parece mal vuestro rapapolvos, se que lo hacéis por el cariño que nos tenéis y por que os preocupa nuestra seguridad y la de todos, muy bien.
¡¡SALUDOTES!!
Bueno, bueno, no me riñáis tanto, ya se que tenéis algo de razón, pero solo algo……,y es que era sumamente tentador estar a 200 metros de la cumbre y con la tarde que hacia….., y además mis dos compañeros inmediatamente de proponérselo se entusiasmaron y claro, cualquiera se resiste, además algunas veces no viene mal salir un poco de la rutina y ponerle un poco de emoción a la cosa, y la satisfacción que nos dio el hacer cumbre después de no esperarlo……
ResponderEliminarTambién deciros que según he leído en el foro de picos, ese mismo día dos montañeros se despistaron bajando del mirador de Ordiales y tuvieron que pasar la noche al raso, los sacaron al día siguiente los greim hacia las 12,30 del mediodía y estaban en perfecto estado de salud pese a dormir a la intemperie.
De tedas las maneras no me parece mal vuestro rapapolvos, se que lo hacéis por el cariño que nos tenéis y por que os preocupa nuestra seguridad y la de todos, muy bien.
¡¡SALUDOTES!!
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ResponderEliminarMe gustaria puntualizar una cosita Berto , que mas que yo acepte bajarme con los asturianos a sugerencia tuya , los asturianos aceptaron bajar conmigo a sugerencia mia ...que tu bien que me decias que ya estabamoa arriba, que quedaban muchas horas de luz....etc,etc.
ResponderEliminarBueno por lo demas muy chulo el relato...parece de desafío extremo, pero hay que ser un poco mas prudente que no están peleadas la aventura con la seguridad....digo yo