La cumbre más alta del Oriental es la Morra de Lechugales, con 2.444 mt., cumbre que una gran mayoría del grupo aun no haba pisado y que tiene el atractivo, o mas bien diría yo, el desafío, de la trepada de III grado y de unos seis metros de altura que hay que superar para conquistar esta atractiva cima.
El plan es ascender hacia el collado Valdominguero para un poco antes de llegar a el, hacer un giro a nuestra izquierda para afrontar la subida hasta la cima de la Pica del Jierru de 2.424 mt. Desde esta cumbre, sin apenas descender unos metros, solo queda hacer una travesía de menos de media hora que nos planta a los pies de la trepada que nos depositará en la cumbre de la Morra. Después descenderíamos hacia el Caseton de Andara recorriendo la zona de los Grajales, dos dosmiles fáciles de ascender pues quedan a pocos metros de desvio del sendero de descenso.
Estos somos los que nos presentamos en el Jito de Escarandi para realizar esta ascensión, a saber: Dani, José Antonio, Jelu, Jesús, Marisa, Chema, y el que nunca falta, osea, yo. Como se ve el día en un principio estaba un poco desapacible, con una niebla bastante cerrada y la temperatura mas bien fresca para las fechas que estamos, aunque las previsiones eran que a lo largo del día las nubes irían desparaciendo.
Vamos ascendiendo entre la niebla primero por la pista y después por el sendero que trascurre por debajo de los Grajales en dirección al Collado Valdominguero. Unos metros antes de llegar a el, a los pies del Pico del mismo nombre que es el que se ve en la foto, nos desviamos a la izquierda para ascender por un no muy incomodo pedrero hacia la Pica del Jierru.
Poco a poco la niebla se va disipando y comenzamos a ver la zona que acabamos de recorrer.
Seguimos ascendiendo por un terreno inclinado, pero relativamente cómodo.
Enseguida llegamos a un pequeño collado a pocos metros de la cumbre del Jierru desde donde vemos un poco entre nubes, las praderías de Aliva y el macizo central.
Y a nuestro frente vemos asomar por encima de los Picos del Jierru (no confundir con la Pica del Jierru) la Morra de Lechugales.
En unos minutos llegamos a la Pica del Jierru, primer dos mil del día.
El grupo en la cumbre con una gran protagonista, Marisa, una gran montañera arropada por seis aguerridos montañeros.
Marisa dice que ella ya ha cumplido hoy y acompañada por José Antonio, deciden esperarnos para comer juntos al pie de la Pica y los Picos del Jierru. El resto nos dirigimos hacia la Morra, otra vez rodeados por la niebla.
Y nos disponemos a frontar la trepada que nos da acceso a la cumbre, ayudados por la cuerda que han colacodo para facilitar la ascensión.
Una vez superada nos fotografiamos junto al buzón de cumbre. Primera para Chema, Dani y Jesús, segunda para mi y tercera para Jelu. La pena es que la niebla no nos deja disfrutar de las magníficas vistas que desde aquí se divisan cunado está despejado, que le vamos ha hacer.
Enseguida iniciamos el descenso con la máxima concentración. No queremos hacer esperar mucho a Marisa y José Antonio.
Regresamos a donde se encuentran y damos cuenta de los bocadillos, regados con el buen bino en bota que nos ha traído José Antonio. Después de lo cual iniciamos el descenso hacia el Jito recorriendo las cumbres de los dos Grajales que nos pillan en camino.
En el Grajal de Arriba de 2.349 mt.
En el Grajal de Abajo de 2.248 mt. que los expedicionarios que no se ven en la foto evitaron.
Y por último os pongo esta de una de las muchas bocaminas que hay por la zona, con esas curiosas traviesas de madera que colocaban para evitar el derrumbe de las rocas.
Y esto fue todo. A pesar de la niebla que no nos dejó disfrutar como hubiéramos querido de las vistas, resultó otro buen día de montaña que nos dejó el buen sabor de boca de haber conquistado la cumbre más alta del Oriental.
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