Las previsiones del tiempo para el sábado eran de lluvia con una cota de nieve que inicialmente estaría a unos 1.600 mt. para luego ir descendiendo hasta los 600. Pero estamos ya en Febrero y la marcha al Bistruey, que teníamos que haber hecho en Enero, esta aún sin realizar, por lo que habrá que arriesgarse y ver lo que nos depara el día, que con este invierno tan loco que tenemos, cualquiera sabe.
Y efectivamente, tuvimos de todo.
A la salida y hasta una hora después, lluvia intermitente. De repente ceso la lluvia y las nubes se disiparon en unos minutos, por lo que el sol nos calentó un rato hasta eso de las 12,30 en que una negra nube comenzó a descargar copos de nieve cuando nos quedaban unos 200 metros para la cumbre.
En el último tramo antes de la cumbre, un huracanado viento con ventisca nos obligó a luchar al máximo para poder llegar a ella, donde estuvimos el tiempo justo para hacernos una foto, tras lo cual salimos pitando para abajo. Al poco de iniciar el descenso, la tormenta se fue como había venido, y el sol ya gano protagonismo y nos acompañó hasta la llegada de nuevo a Bárago.
LLUVIA- Los cinco que nos juntamos en Bárago con el paraguas en la mano.
Al cabo de un rato las nubes se abren algo y nos comienzan ha mostrar los Picos muy nevaditos.
SOL- En pocos minutos las nubes desparecen y vemos como está el macizo Oriental.
La nieve que esperábamos encontrar ha desaparecido con la lluvia de la noche al estar la cota de nieve tan alta.
Bonita vista de la Rasa, la Junciana y el Sgd. Corazón.
La zona entre el Cortés y la Morra.
El camino que estamos recorriendo nos depara bonitos rincones.
No digamos nada de esta vista del pueblo de Dobres con la Peña.
Hacia el sur tenemos nuestra cumbre de hoy.
Hacia el Oeste, Peña Prieta sobresale de las cumbres que rodean la zona de Riofrío.
Seguimos ascendiendo en busca de una cabañita donde pararemos a tomar las once. Como se ve, la nieve, muy escasa.
Reponiendo fuerzas con un magnífico sol, aunque la temperatura estaba bajando a marchas forzadas.
Otra vista de Dobres.
A partir de unos 1.300 metros comenzamos a encontrar nieve.
Seguimos ascendiendo. Las nubes comienzan a aparecer y poco a poco nos van ocultando el sol.
La temperatura sigue bajando.
Con el collado Ijande al fondo, lugar a donde descenderíamos para comer después de pisar la cumbre.
NIEVE- Cuando nos quedaban unos 200 metros para la cumbre comienza a nevar y el viento nos obliga a protegernos todo nuestro cuerpo, y sobre todo las extremidades del frío.
VIENTO- El último tramo para la cumbre se convierte en un auténtico infierno. Rachas de más de cien kilómetros por hora y una temperatura de -5º dan, según la tabla que tiene mi termómetro, una sensación térmica de mas de -30º . Si no fuese por el peso de nuestras mochilas yo creo que saldríamos volando.
Nunca me había costado tanto sacar una fotografía. Nos quitamos las raquetas, pues en esta última parte de la montaña hay muy poca nieve y en el descenso serian un estorbo. El aire tiene tanta fuerza que una de ellas salió rodando unos metros.
Rápidamente iniciamos el descenso poniendo mucho cuidado con la orientación para bajar hacia el collado de Ijande, pues en este primer tramo, la niebla y el viento nos limitan bastante la visibilidad.
Tras rectificar una pequeña desviación en nuestro descenso, nos dirigimos hacia el collado. Antes de llegar a el, las nubes se van diluyendo y de nuevo vuelve a lucirnos el sol.
¿Os habéis fijado que cara de "malo" tiene el de detrás?
Llegando al collado de Ijande con la cumbre y la ladera que acabamos de descender a nuestras espaldas.
Un contraluz de los que me gustan a mi.
Los Picos desde aquí se ven magníficos.
En el collado tenemos esta cabaña para comer, que aunque esta cerrada, tiene un pequeño cobertizo donde resguardarse del viento o de la lluvia, o de las dos cosas!.
Desde donde se tiene esta estupenda vista de Peña Prieta.
¡Jose!, ¡Eloy! ¡que guapo esta el corredor este de Peña Prieta que superamos hace tiempo!
¡Hay que repetirle!
Este es el Pico Pumar que visitamos el año pasado.
Después de saciar nuestro apetito y de calentarnos con los distintos tés que hoy se han traído, iniciamos el descenso hacia Cucayo para completar el bonito circuito que esta montaña nos permite realizar.
Como se aprecia en estas bonitas fotos, la tarde ha quedado preciosa.
Zona al pie del Pumar.
Las cumbres de las Avenas y parte del Oriental.
Bucólica pradería encima del pueblo de Cucayo.
Mis compañeros de aventura con la peña de Dobres al fondo.
Cucayo y un poco de Dobres.
Desde el precioso camino de bajada desde Cucayo hasta Bárago, tenemos esta vista de nuestra cumbre de hoy, que solo ha estado tapada, ¡vaya por Dios! el tiempo que estuvimos nosotros en la cumbre.
Y esto fue todo.
Hasta la próxima, que ya avisaré con tiempo cuando será. A ver si se calman un poco estos vendavales que nos están azotando.
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