viernes, 14 de noviembre de 2014

De Vendejo al Pico Corcina

El sábado pasado día 8, realizamos la marcha del calendario correspondiente al mes de noviembre y que consistió en la ascensión al Pico Corcina desde el pueblo de Vendejo.
Esta cumbre la visitamos hace tres años y medio, y aunque llegamos a la cima, aquel día no supimos muy bien por donde anduvimos, ya que la niebla nos envolvió desde que salimos de Vendejo, hasta que regresamos a el una vez finalizada la marcha. Y este sábado tampoco estaban muy claras las cosas, pues la previsión del tiempo también daba algo de lluvia, sobre todo por la tarde.

Los nueve que nos juntamos para realizar esta marcha. A destacar el reencuentro con el amigo Jota, que hacia ya tiempo que no nos acompañaba.
También hoy tocaba dar la bienvenida a Pedro que se incorporaba al grupo por mediación de Jelu y que nos acompañaba por primera vez. Esperamos pueda soportar los duros desniveles de nuestras marchas y se convierta en asiduo en nuestras andanzas.

Caminamos unos metros por la carretera que sube hasta Caloca y enseguida la abandonamos para afrontar una dura pendiente que nos acerca al pie de la espectacular Peña Cigal.
En la foto el pueblo de Vendejo de donde hemos partido.

Ya pegados a la cara suroeste de la Peña Cigal, seguimos ascendiendo por una dura pero bonita pendiente que con gran esfuerzo nos permite superar metros de desnivel con bastante rapidez.

Impresionantes paredes tiene esta alargada peña donde existen varias vías de escalada de considerable dificultad.

Como hoy en el grupo hay varias personas que practican la escalada, la conversación versa sobre las impresionantes vías que se aprecian en la pared.

A nuestra derecha llevamos en todo momento las paredes de la Peña Cigal. A nuestra izquierda vemos al fondo el Pico Bistruey ya con algo de nieve y un poquito a su derecha y por encima nuestro, la Peña Campunuera, similar a la Peña Cigal aunque con algo menos altura. Hacia ella tenemos que dirigirnos para ir bordeándola hacia su izquierda.

Seguimos ascendiendo con el cielo de momento despejado. Solo por el sur, algunas nubes intentan acercarse empujadas por un fuerte y fresquito viento del suroeste.

Una paradita de reagrupamiento y de avituallamiento, que a alguno ya se le queja el estomago.

Jelu admirando el paisaje. A sus pies las praderías que hay por encima del pueblo de Caloca.

Continuamos la ascensión para llegar a un collado justo donde termina la Peña Cigal.
Desde el realizamos una travesía en ligero descenso para llegar al pie de la cara sur de la Peña Campunuera.

Bordeamos esta peña para ascender pegados a su pared suroeste hasta llegar al collado Campunuera desde donde ya tenemos a la vista la cumbre del Pico Corcina.

 A nuestra izquierda y por debajo nuestro, vemos las casas del pueblo de Caloca por donde pasaremos en el descenso del Corcina.

En el collado Campunuera con el Corcina al fondo.

La Peña y el collado Campunuera.

Nos acercamos al pie del Corcina y vemos en la vertiente norte de la montaña la también espectacular Peña Diego, adornada con el arco iris y con los Picos ya vestidos de blanco.

Pisamos las primeras nieves de la temporada y en ellas descubrimos varias pisadas de oso. Nos hace mucha ilusión, pues no es nada fácil encontrar rastros de este esquivo animal.

Subiendo entre brezos nos vamos acercando a los 1.875 m. que tiene esta cumbre.

Uno de los muchos pueblos lebaniegos que se divisan desde el Corcina.

Entre fuertes ráfagas de viento y algunos copos de nieve que en lugar de caer, vuelan en horizontal, llegamos a la cumbre.

El personal no aguanta mucho en la cima. Tengo el tiempo justo para sacar unas fotos de las estupendas vistas que tiene esta montaña. Esta hacia los pueblos de Dobres y Cucayo.

Por donde hemos subido.La Peña Campunuera y el collado del mismo nombre.

Hacia el Bistruey, que es de donde viene el viento y las nubes.

Cucayo medio escondido y a su derecha Dobres.

La Peña Jorá, por encima del pueblo de Bárago.

Descendemos hacia las Collaillas, amplio collado que separa el Corcina del Bistuey, donde nos paramos a comer al abrigo de una gran peña

¿La mejor calefacción? ¡el calor humano!

Iniciamos el descenso hacia Caloca con esta vista de la Peña Cigal por donde subimos por la mañana.
La amenaza de lluvia, al final se queda en cuatro gotas que en algunos momentos nos cayeron.

Después de tener que superar dos alambradas sin portilla de paso, (puestas por alguien que se empeña en poner puertas al campo) y de perder un guante, llegamos al pueblo de Caloca.

Ya solo nos queda descender hasta Vendejo, a tramos por carretera y a tramos por atajos.
Hoy llegamos a los coches antes de las cuatro. Alguno me dice que esto ha sido una gominolada, pero una gominolada digna de recorrerse.


¡HASTA LA PRÓXIMA!

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