Como Chema y el que suscribe no pudimos acompañar a la parte del grupo que el pasado martes día 15 ascendieron al Espigüete, los dos solitos nos fuimos el sábado 19 a disfrutar de esta hermosa montaña y de su arista Este, para mi, una de las ascensiones mas bonitas que se pueden realizar tanto en la cordillera como en los Picos.
Daban algo de mal tiempo por la zona costera y por parte del interior, y precisamente, por esta zona del norte de Palencia y Leon, es por donde parecía ser que el sol iba a poder con las nubes, y como a mi compañero de aventura, le urgía el regresar pronto a casa por la tarde, a las 8 de la mañana dimos el pistoletazo de salida en el aparcamiento de Pino Llano, donde habíamos aparcado nuestro coche.
Y enseguida comenzamos a disfrutar de esta bonita y espectacular ascensión, que trascurre en casi todo momento por la afilada arista que arranca unos metros por encima del aparcamiento y culmina en la misma cumbre, tras superar un desnivel de 1.100 mt.
Con rapidez se gana altura y se va dejando muy abajo la carretera que sube hasta Cardaño de Arriba, y el camino que sube hasta la cascada de Mazobre, que es por donde descenderemos nosotros de la montaña.
La niebla que al amanecer cubría algunas zonas de los valles, se va disipando y le da un toque de mayor belleza al entorno.
Pasamos por estos curiosos ojos de buey que a Chema no se le escapan.
Nos vamos acercando a la parte alta de la montaña, que es donde se encuentra la parte mas pendiente.
Por el filo de la arista con el pueblo de Cardaño al fondo.
El valle de Mazobre, con el refugio que existe al pie de la cara norte del Espigüete.
Aquí con mas detalle.
Hacia las díez realizamos una paradita para picar un poco. Fotografío a Chema con el Curavacas al fondo.
Los Picos de Europa se asoman por encima de la niebla, entre el Murcia y Peñas Malas.
Tres montañeros que nos preceden, superando la parte mas empinada de la arista. En la cumbre nos contaron que habían pasado la noche vivaqueando en la arista.
El refugio, novecientos metros por debajo nuestro.
El pueblo de Cardaño de Arriba, también muy abajo.
El embalse de Camporredondo, sufriendo las consecuencias de la sequía que nos esta castigando este año. En su orilla, se ve el pueblo de Alba de los Cardaños.
Hacia el sur, ya metida en la meseta, vemos la población de Velilla del Río Carrión, donde destaca la gigantesca chimenea de su central térmica.
Seguimos disfrutando de la arista.
La cumbre del Pico Dos mil y Pico, se asoma por encima de la niebla en el macizo Central. Hoy va a visitar su cumbre nuestro amigo José Carballo acompañado de algún familiar.
Llegamos a la cumbre Este, que tiene solo ocho metros menos que la principal, aunque para llegar a esta, hay que descender cuarenta metros para después volver a recuperarlos.
Chema llegando ya a la cumbre principal.
Unas fotos de cumbre.
Así se veía el macizo central.
El pantano de Camporredondo.
Este era todo el grupo en el día de hoy.
Como hoy hay prisa, enseguida dejamos la cumbre. Bonita vista sobre el valle de Cardaño cuando iniciamos el descenso.
A pocos metros de salir de la cumbre, abandonamos la arista para enfilar el corredor norte, subida normal cuando la montaña se encuentra cubierta de nieve.
Dos que van a descender por donde nosotros hemos ascendido, se dirigen hacia la cumbre Este.
Muy incomodo el descenso de la parte superior del corredor, muy pendiente y con una piedra muy fina que amenaza con dar un resbalón en cualquier momento.
Descendida la parte superior del corredor, abandonamos la pedrera para descender por un terreno mas cómodo por la parte izquierda de la misma, donde encontramos esta gran piedra que sirve de pedestal para hacer unas bonitas fotos.
También encontramos esta pequeña cueva que muere a los pocos metros de su boca.
Ya bastante abajo, una vista atrás del corredor.
Ya en la parte baja de la montaña, damos vista a la cascada de Mazobre, a donde pensamos llegar para, ya muy relajados, darnos un baño y comer.
Tras disfrutar del baño y de la comida, rápido descenso hasta el coche, y como vamos bien de tiempo, parada en el refugio que hay en el cruce dos kilómetros mas abajo, a disfrutar de unas buenas jarras de cerveza.
Y regreso para casa con parada en el pueblo de Alba de los Cardaños para despedirnos de esta bonita montaña que tan dulcemente nos a acogido en el día de hoy. Espero volver a visitarla cuado este bien cargada de nieve.
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