En esta ocasión dejamos las altas cumbres y nos fuimos a recorrer la zona del Cueto Agero y del Pico Agero, saliendo del pueblo de Allende, para así dar cuenta de la marcha programada en nuestro calendario correspondiente al mes de Noviembre. Al final fueron cuatro las cimas que pisamos, modestas en su altitud, pues apenas superan los mil metros, pero totalmente compensadas con el recorrido realizado que transcurre por unos parajes de gran belleza, y por las vistas que desde esas cumbres disfrutamos, mas con el día que tuvimos, totalmente despejado y con una atmósfera limpia que invitaba a no parar de hacer fotografías.
Aunque cuando a eso de las ocho y media partíamos del pueblo de Allende, una espesa niebla cubría el cielo, solo nos acompañó un rato, exactamente hasta la entrada de la estrecha canal que una vez superada, nos depositaria al pie de la primera cumbre del día.
Espectacular resulta siempre salir de la espesa niebla y encontrarse con el precioso mar de nubes y con un sol radiante luciendo por encima de el.
El sendero va trazando continuos zigzag por la estrecha canal y cuando llegamos a su final, nos muestra esta bonita vista hacia el sur, con el mar de nubes, y al fondo, por encima de el, las cumbres de la cordillera.
Desde el collado donde termina la canal, tenemos hacia el Este esta vista del bonito valle donde se ubica la vega de Llano Agero, que visitaremos después de hacer cumbre en el Cueto Agero.
Por un terreno bastante abrupto, nos vamos acercando a la cumbre.
Grandes bloques de piedra forman la crestería que nos lleva al punto culminante, a donde vamos llegando con sumo cuidado.
En la otra vertiente, los abismos de sus verticales paredes nos impresionan. Por aquí transcurren numerosas vías de escalada, donde disfrutan los que les gusta el mundo vertical de la roca.
Los primeros ya han llegado a la cumbre.
Al otro lado del mar de nubes, tenemos a la Peña Ventosa.
Jelu ya sentado en la cumbre, disfrutando de las magníficas vistas que el día nos esta ofreciendo.
Primera foto de cumbre. Cueto Agero 1.026 m.
A nuestros pies tenemos la vertiente Sur del Collado de Pelea por donde descenderemos en la tarde.
El Coriscao se nos muestra con las primeras nieves de la temporada.
En la parte opuesta vemos el mirador de Santa Catalina y el pueblo de Piñeres.
Tras disfrutar un rato en la cumbre, iniciamos el descenso dirigiéndonos hacia la vega de Llano Agero. A nuestra derecha dejamos este pináculo de caliza, al pie del cual transcurre la carretera del desfiladero de la Hermida.
Jose y yo nos dirigimos hacia Llano Agero lo mas cerca de la crestería que el terreno nos permite. Nuestros compañeros han descendido mas a derecho y los vemos llegando a las cabañas que pueblan esta idílica vega.
Nos juntamos con ellos en el lugar que han escogido para pararnos a tomar las once. Por encima de nuestras cabezas tenemos otras dos de las cumbres que vamos a pisar hoy. A la izquierda el Pico Agero y a la derecha el de Pelea.
Como siempre, el buen ambiente reina entre nosotros, y las bromas y las risas nos acompañas en estos momentos de relax.
Pero nada de relajarse mucho que aún nos queda trabajo por hacer, además, alguno tiene que llegar para ir de cena esta noche.
Siguiendo un marcado sendero vamos ascendiendo en busca de la crestería que nos llevará a la segunda cima del día, el Pico de la Pelea.
El personal posando con el pueblo de Linares al fondo.
Nos encontramos con un aislado y magnífico ejemplar de roble, donde invitaba a realizar una corta parada.
Otra vista de Linares. En la parte superior izquierda, vemos el Collado las Llaves y un poco a su derecha la cumbre del Gamonal.
Una vista con mas detalle del mirador de Santa Catalina y el pueblo de Piñeres.
Ya tenemos una vista casi aérea de la vega Llano Agero.
Encaramados ya por la crestería, vemos hacía el Norte las encajonadas canales por donde transcurre la llamada senda del Jorao, por encima de la central de Urdón y por donde ascendimos hará un año dentro de unos días.
Uno de esos contraluces que tanto me gusta fotografiar.
Por la crestería vamos pisando pequeñas cumbres.
Ya llegando a la cima del Pico de la Pelea, tenemos esta vista del Collado de la Llaguna, con bastante nieve. A su izquierda el Pico de las Agudinas, a su derecha el Alto de las Verdianas y a la derecha de esta, la cumbre del Samelar.
Pico de la Pelea, 1.382 m., y punto mas alto del recorrido de hoy.
Cumbres del macizo Central asomando por encima de las laderas del Oriental. El primero por la izquierda es Cueto Tejao o Pico Deboru, a su derecha asoma un poco Peña Castil, donde por desgracia, en los momentos de sacar esta foto, acababa de ocurrir un desgraciado accidente a un montañero del Pais Vasco. Cuando estábamos comiendo, vimos y oímos pasar al helicóptero que acudió a su rescate. También vemos el Neverón de Urriello y los Albos.
En la cordillera llama nuestra atención la piramidal silueta de Peña Prieta, con toda su cara Norte aún con poca cantidad de nieve.
El Cueto Agero donde hemos estado hace un rato.
Magnífica la vista hacia los pueblos de Pendes y de Tama.
Descendemos unos metros para enseguida llegar al Pico Agero de 1.352 m.
Desde el Pico Agero en unos pocos minutos llegamos al Cueto Fontanilla de 1.337 m., cuarta y última cumbre de hoy. Al pie de la misma y un poco al resguardo del viento, nos paramos a comer con unas magníficas vistas.
Tras lo cual afrontamos el descenso hasta el Collado de Pelea, 350 mt. por debajo nuestro. José Luis se apiada de Konan y lo carga en la mochila para realizar este descenso.
Muy a lo lejos pero con nitidez, vemos el Pico Tres Mares y la mesa de Peña Labra.
Desde el Collado Pelea iniciamos un vertiginoso descenso hasta el pueblo de Cabañes, donde hacemos una parada en el coqueto albergue que hay en este pueblo, para tomarnos las cervezas de camionero, que aunque hoy no hayamos subido muy alto, también nos las hemos ganado. Por cierto, que alguno que tiene la mala costumbre de cumplir años, invitó al personal, eso si, cuando se dispuso a pagar, le tuvieron que prestar, pues se había dejado la cartera en el coche.
Saliendo del albergue.
Desde Cabañes, iniciamos el descenso hacia Allende por un camino desconocido por todos nosotros que discurre por el barranco que forma el río Rubejo. Fue todo un descubrimiento, pues nos encontramos en su recorrido, con unos rincones preciosos.
Nos encontramos con unos magníficos ejemplares de encina.
Jelu posando en el cauce del río.
Ya llegando al pueblo de Allende, vemos la Peña Ventosa, ahora desde abajo.
A la entrada del pueblo nos encontramos con esta pequeña ermita.
También tenemos esta vista del Cueto Agero y de la canal por donde ascendimos en la mañana. Hoy no hemos subido a dos mil metros, pero hemos disfrutado de otro grandísimo día de montaña. Y ahora a esperar a ver si es verdad que cae una nevada en condiciones para que alguna estrene su material de invierno.
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