Norma que debiera ser de obligado cumplimiento para todos
Para facilitar la organización de vehículos y saber a quienes hay que esperar en Mompía o en cualquier otro lugar de reunión de salida, se ruega muy encarecidamente enviar un mensaje bien al móvil, o bien al correo electrónico de Alberto o quien dirija la salida, indicando quiénes van a ir a la marcha, lo más tarde el viernes al mediodía, si es posible.
miércoles, 13 de diciembre de 2017
Comida fin de año en Muñorrodero
Casi sin darse uno cuenta y ya ha pasado otro año. Parece que fue ayer cuando subimos al Pico San Vicente y comimos en Ramales para despedir al año 2016.
Este año, para despedir al 2017, nos fuimos hasta Muñorrodero, mas concretamente al restaurante El Salin. Pero antes, como todo los años, toca mover un poco las piernas para hacer ganas de comer y para que la comida nos sepa mejor.
Lo programado era subir al Gándara desde el aparcamiento del Soplao, pero como la previsión del tiempo (los montañeros siempre pendientes de las previsiones meteorológicas) daba bastantes probabilidades de lluvia, como así sucedió al final, nos dimos un paseo desde el mismo restaurante, hasta el pueblo de Abanillas, donde al resguardo de la lluvia en el pórtico de su iglesia, dimos cuenta de los turrones, los champanes y todo lo que se nos puso por delante, eso si, sin exceso que luego hay que meter las alubias y el cabrito. Diez kilómetros hicimos en total, suficiente para hacer ganas de comer.
Delante del restaurante esperando a que llegase todo el personal.
Aquí ya todos, posando para la foto de salida. 18 nos apuntamos para la marcha, mas 19 que solo fueron a comer, sumas los 37 que nos juntamos este año. Bueno, 38 con Micaela, que aunque no ocupó asiento ni platos, se notó mucho su presencia.
El grupo de los encorbatados posando muy lozanos y sonrientes. Es que son corbatas de goretex.
La lluvia no era muy fuerte, pero no nos dejó en toda la ruta.
En estos primeros tramos, caminamos por suelos muy embarrados.
El último tramo por carretera.
Llegamos a Abanillas y en el pórtico de su iglesia montamos la fiestuqui.
Como todos los años, no falta de nada.
Tras un rato de brindis, algún cántico que otro (por llamarlo de alguna manera) y de bebidas frías y calientes, iniciamos el descenso, que nos esta esperando el cocido.
Pasamos por Argumal, un barrio del pueblo de Luey.
En este pueblo vive un buen artista.
Llegamos al restaurante para juntarnos con los que no han ido a la marcha, y tras los blancos y las cañas, entramos al comedor para dar cuenta del menú.
Fotos, cortesía de J.R., que inmortalizó a estas parejas felices.
Estos, aunque no son pareja, se les ve muy felices.
Como cada uno ya tenía de antemano elegidos los platos, enseguida comenzaron a salir los cocidos, las fabadas y los champiñónes rellenos.
Distintos momentos de la comida.
No faltaron los carteles preparados por el amigo Justyn para el evento.
Varias caras nuevas este año. Algunos por distintos motivos se van descolgando del grupo, pero enseguida surgen sustitutos, o sustitutas, que los relevan.
Una buena ocasión para saludar a buenos amigos que casi no vemos el resto del año.
Dando cuenta de los segundos platos.
¡Ummmm, que bueno está esto!
La mas feliz y la mas simpática de los presentes.
Una vista general del comedor, muy acogedor, y la comida muy bien organizada y preparada por el restaurante, estaba todo exquisito. Como se suele decir, muy buena relación calidad/precio. Y el ambiente, no digamos, aunque se echó de menos a los que por distintas motivaciones no pudieron acompañarnos. Solo me queda decir ¡hasta el año que viene!, que como ya consta en el calendario de nuestras actividades del año que viene, os adelanto que tendrá lugar en el pueblo campurriano de Corconte.
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