jueves, 15 de marzo de 2018

Ascensión al Jultayu desde el lago de la Ercina

Siguiendo con la inercia que hemos cogido este invierno de salir a la montaña todos los sábados, en esta ocasión y para estrenar el mes de Marzo, nos fuimos hasta la zona de los Lagos con la intención de llegar hasta la cumbre del Jultayu partiendo del lago de la Ercina. En un principio no las teníamos todas consigo, pues las borrascas que han comenzado a recorrer la península están entrando de sur, y para este sábado día 3 de Marzo se anuncia mucho viento y nubes con algo de lluvia, sobre en la vertiente sur de los Picos y la cordillera. Por este motivo escogimos esta ruta, ya que al estar en la zona norte de la montaña, esperábamos tener la suerte de que las nubes no nos amargaran mucho la actividad, además teníamos en nuestra memoria, las dos ocasiones anteriores en que habíamos realizado esta actividad con nieve, que habían dejado en nosotros muy buen recuerdo.

Las cinco personas que nos juntamos para la ocasión, como se ve, con mayoría de féminas, cosa que por desgracia no suele ocurrir en nuestro grupo.  

Soportando ya fuertes ráfagas de viento desde la salida, iniciamos el camino y vamos dejando atrás el lago de la Ercina. Afortunadamente, las nubes de momento no parecen incordiar mucho.

Con gran regocijo, vemos que la nieve se encuentra con la suficiente dureza para poder caminar con los crampones, por lo que enseguida nos los calzamos a las botas y comenzamos a disfrutar del caminar con ellos.

A nuestra izquierda vamos obteniendo una magnífica vista de la Pña del Jascal.



Pasamos por la bonita majada de Bobias.


Mayte no se resiste a echar un trago en la fuente de la majada.

Tras una corta paradita en la fuente, continuamos la ascensión disfrutando del caminar por la nieve sin hundirnos absolutamente nada.

Un poco después de dejar atrás la majada de Bobias, un pequeño problema con el ajuste de los crampones de Ana, nos retrasó unos veinte minutos, y una vez solventados, continuamos con nuestra marcha.


Ya cerca de las once, buscamos un sitio lo mas resguardado posible del fuerte viento que de vez en cuando nos sacude sin compasión, cosa nada fácil en el día de hoy. En el fondo de uno de los muchos hoyos que hay en el camino, parece que es donde menos nos castiga y aquí nos paramos a reponer fuerzas. Como el día parece que va de percances, en este punto Sonia se da cuenta que al hacer un vídeo con el móvil, ha perdido una manopla, de la cual, con el fuerte viento que sopla hoy, no queda el más mínimo rastro. Toca pasarse por la tienda a reponerlas, con el invierno que estamos teniendo, no se puede salir sin ellas.

Después de picar un poco y calentarnos con las bebidas que hoy traemos, continuamos hacia la Vega de Ario. Chema me hace uno de esos contraluces que tanto me gustan.

La aproximación hacia la Vega de Ario se hace larga, aunque hoy no tanto por lo bien que se progresa por la nieve.

El Jultayu ya se nos muestra desafiante. De su cumbre salen grandes penachos de nieve polvo arrastrados por el fortísimo viento que por allí debe de soplar. Todo son incógnitas sobre nuestras posibilidades de llegar a su cumbre.

La nieve helada brilla como un gigantesco espejo, creando a nuestro paso un ambiente de gran belleza.




Mayte que se ha desviado un poco de nuestra trayectoria, nos fotografía a lo lejos, sumidos en la inmensidad blanca.

Azotados por unas fortísimas rachas de viento, superamos el collado que nos adentra en la Vega de Ario.

Desde aquí ya vemos mas asequible nuestro objetivo de hoy. Bordeando la Vega de Ario, nos iremos acercando a su base.

Con el macizo central al fondo. Afortunadamente, las nubes se mantienen poco activas y por encima de nuestra cumbre.


Este es el Cuvicente.

Mucha nieve por esta zona.

Como la nieve nos la hemos seguido encontrando dura, enseguida llegamos al pie del Jultayu, donde solo doscientos metros de desnivel nos separa de la cumbre. Como vamos ascendiendo por la cara contraria de donde sopla el viento, solo de vez en cuando nos incordia con alguna racha fuerte, que nos hace aferrarnos bien al terreno para no caer al suelo.

Y casi sin darnos cuenta tenemos la cumbre a tiro de piedra.


Sonia celebrando su llegada a la cumbre. Como se ve, hacia la costa, la vista nos permite ver nítida mente el horizonte del mar.

La foto de cumbre hoy en dos tiempos.


La canal de Dobresengros destaca en la grandiosa vista que tenemos del macizo Central.

Hacia el sur, separando el macizo Central del Occidental, el valle de Valdeón.

Cada pocos minutos, fuertes ráfagas de viento amenazan con sacarnos volando de la cumbre. Antes de que esto ocurra, nos vamos nosotros aferrándonos bien al piolet y al terreno. 

La imponente garganta del Cares a nuestros pies.

La canal de Piedra Bellida, varias veces superada por nosotros.

Como también la canal del Agua, aunque sin nieve, por supuesto.


Una vez descendido el Jultayu, nos dirigimos bordeando toda la Vega de Ario hacia el refugio situado en la otra parte de la Vega. Pretendemos protegernos en el del viento, para poder comer un poco a gusto.


Aunque un poco apretados por el poco espacio de que disponemos, ya que solo está abierto el pequeño hall que hay a la entrada, disfrutamos de los muchos manjares que hoy ha traído el personal, para regocijo de nuestros hambrientos estómagos.

Una vez saciados, dejamos el refugio y emprendemos el descenso hacia nuestro punto de partida.

Decimos adiós a la montaña que una vez más nos ha acogido, pese a las malas condiciones reinantes en el día de hoy.


Recorremos de nuevo, ahora en el descenso, la majada de Bobias.

Y esto fue todo. ¡Menudo invierno nos esta deparando la meteorología!
Pocos años hemos podido disfrutar de la nieve como en este. ¡Y aún no se ha acabado!

 

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