lunes, 6 de noviembre de 2017

Arista Asón Mosquitero, Porracolina y Colina

Las previsiones del tiempo para el pasado sábado día cuatro de Noviembre no eran nada halagüeñas  en cuanto al buen tiempo, sobre todo a partir del mediodía, que daban agua al cien por cien por todas las zonas. Ante este panorama, la única esperanza que nos quedaba para poder hacer algo de montaña en este día, era aprovechar esa ventana de ausencia de precipitaciones que pronosticaban, por lo menos hasta el mediodía, y con esa esperanza nos fuimos Sonia, Pepa y yo (nadie mas se apunto, imagino que por miedo al agua) hasta el pueblo de Asón, con la idea de realizar la ascensión de la bonita y retadora arista que asciende desde el mismo pueblo de Asón, hasta la cumbre del Mosquietro.  

A las ocho menos veinte, con las primera luz de la mañana, nos pusimos en marcha, y sin darnos tiempo a calentar los músculos de las piernas, nos metemos en plena arista, que en estos primeros tramos es donde ofrece las mayores pendientes, incluida alguna trepada que otra.

Tras unos cuantos metros de dura pendiente, la cosa suaviza un poco, y siguiendo un marcado sendero, nos metemos en un tramo con abundantes helechos.



Como la cosa está muy pendiente, ganamos metros con rapidez, y ya vemos que el pueblo va quedando bastante abajo.

El sendero sube por el mismo filo de la arista, lo que nos permite disfrutar de muy buenas vistas,tanto por la izquierda, como por la derecha.

Llegamos a un tramo donde verticales montículos parecen cortarnos la ascensión, pero el sendero muy hábilmente, los va salvando por los laterales, unas veces por la izquierda, y otras por la derecha.

Preciosa la vista del valle de Rolacias, por donde discurre la subida normal al Porracolina.

Muy alta la hierba por este tramo de la arista, parece que nos quiere engullir.


Seguimos ganándole metros a la arista con el "mosqueo" que nos produce el ver que algunos mechones de niebla comienzan a aparecer por encima del valle.

La Porra del Mortillano, con las enormes paredes de caliza que se descuelgan por toda la ladera.

Salimos de lo mas afilado de la arista y enseguida damos vista a la modesta pero llamativa cumbre del Mosquietero. Nos dirigimos a derecho hacia el para llegar cuanto antes a su cumbre.

Cuando llegamos al pie de la mole rocosa que forma su cumbre, dejamos a nuestra derecha la Peña Lavalle y el sendero que por la zona caliza que se ve en la foto, desciende hasta el barrio de Socueva, situado por encima del pueblo de Arredondo.

Nosotros seguimos en dirección contraria para superar unas fáciles trepadas, y poner pie en la cima del Mosquitero.


Foto de cumbre y rápidamente a seguir camino, ascendiendo la afilada loma que desde el Mosquietro nos llevará hasta el pie del Porracolina.

Desde la cumbre vemos por donde hemos llegado hasta aquí.

Un grupo de vacas pastan entre este amalgama de rocas.


Llamativa la vista desde este punto del Mosquitero. Esta vista es la que forma la cabecera del blog del grupo amigo Peñas Arribas.


Una disfrutona trepada camino del Porracolina.

Llegando a la cumbre de esta montaña, vemos a nuestros pies la zona de Valdicio.

Porracolina, 1.414 m. Desde esta cumbre, sobre todo en días de sur, se tiene una magnífica vista de casi toda la costa cántabra. Hoy la niebla, apenas nos deja algún hueco para poder ver el panorama.

Como parece que la niebla aún no se atreve a rodearnos, decidimos tirar hacia el Colina, con la intención de pisar también su cumbre, para después descender por Brenavinto, los Collados del Asón y descender por todo el valle para cerrar circuito en Asón, que es donde hemos dejado el coche. Aquí vemos las cabañas de Sotombo, por donde podríamos descender de una manera muy directa hasta nuestro coche, pero entonces llegariamos demasiado pronto abajo.

Al fondo vemos la arista que hemos ascendido esta mañana.

Una vista atrás para ver la cumbre del Porracolina tapada por la niebla.

La aplanada cumbre del Colina al fondo. A sus pies, las cabañas de la Sota.


Cumbre del Colina 1.441 m., totalmente rodeados por la niebla.

Rápidamente dejamos esa cumbre y nos bajamos en busca del sendero que desciende por un precioso hayedo hacia la zona de Brenavinto. Al fondo tenemos los Campanarios.

A nuestra izquierda tenemos unas curiosas formaciones rocosas con esta curiosa forma que recuerda a la cabeza de una morsa.

Nos paramos a comer al abrigo de unas hayas, disfrutando de una calma total a nuestro alrededor.

Tras lo cual, continuamos el descenso por el interior del hayedo, que nos va mostrando preciosos rincones.


Cuando salimos del hayedo, tenemos esta vista de la zona de Brenalengua.


Al fondo los Castros de Horneo. Hoy no nos llegaremos hasta ellos para disfrutar de su espectacular entorno.


Los Campanarios con el Coladero cortando por el medio sus verticales paredes.

En la pradería de Brenavinto vemos a este solitario novillo poniéndose como los kikos. Jelu, también por Cantabria tenemos buenos chuletones andantes.

Impresionantes los paredones que caen de los Campanarios.

Dejamos atrás la zona de Brenavinto. Son las cuatro de la tarde y a partir de aquí, comenzó a llover y ya no paró hasta dos horas después, que fue cuando llegamos al coche.

Llegamos a los Collados del Asón y recorremos un buen tramos por la carretera, hasta coger el sendero que desciende por todo el valle abajo hasta el pueblo de Asón. La cascada del nacimiento del río Asón, apenas suelta un hilo de agua. 

Protegidos por los paraguas, vamos descendiendo los casi cinco kilómetros que nos separan del coche. En algunos momentos llueve torrencialmente, y enseguida el camino parece mas un río que un camino. Parece como si el cielo quisiera soltar todo el agua que no ha caído durante meses. A las seis de la tarde llegamos al coche y tras cambiarnos como podemos, nos acercamos hasta Asón para meternos las cervezas de camionero, y comentar con la gente del bar el precioso recorrido que hoy hemos realizado. Han sido 25 kilómetros con 1.500 metros de desnivel superado. No esta mal para un día que invitaba mas a quedarse en casa.

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