El pasado 27 de Octubre, con el pronóstico de que caerían las primeras nieves de la temporada por encima de los 1.000 m., nos dirigimos al pueblo de Cosgaya con la intención de intentar llegar a la cumbre de la Peña Cascajal, siempre que las condiciones meteorológicas nos lo permitiesen. Si no fuese así, la otra opción que llevábamos, era la de terminar en algún restaurante de Liébana degustando un buen cocido.
La Peña Cascajal está situada a la izquierda del Cosricao visto desde su cara norte, y tiene una altitud de 2.027 m. Al ser mas modesta en altitud que el Coriscao, esta pasa un poco desapercibida para los montañeros, y son pocos los que pisan su cumbre, por lo que nos pareció un buen atractivo para ir a ver caer los primeros copos del otoño.
Los cuatro que nos apuntamos, nos hacemos la foto de salida en el aparcamiento que hay debajo del pueblo, junto a la carretera que asciende hacia Fuente Dé.
Ya casi desde el principio andan cayendo algunas gotas de lluvia, en algunos momentos muy ligera, y en otros, arreciaba algo más.
El río Cubo nos acompaña en esta primera parte del recorrido con abundantes cascadas que ofrecen al caminante rincones de gran belleza.
Este árbol caído sobre el mismo camino, añade belleza al entorno.
Siempre que hemos pasado por aquí, hemos hecho alguna foto en este coqueto puente, tanto si está nevado como si no.
Cuando nos acercamos a los mil, mil doscientos metros, vemos la nieve que comienza a cubrir la aún abundante hoja de los árboles.
Y comienzan a caer abundantes y gruesos copos.
Llegamos a la pradería de Prao Cubo, abierta en medio del monte y donde a su entrada se encuentra una cabaña donde nos refugiamos unos minutos para tomarnos el ágape de las 11. Adentro nos encontramos a dos chicos de Valladolid que habían dormido la noche pasada en ella.
Tras lo cual continuamos el ascenso siguiendo la pista que llega a otra pequeña cabaña situada 250 m. por encima de Prao Cubo.
El entorno se comienza a poner precioso con la nieve recién caída.
En nuestro ascenso, tenemos esta estupenda vista de la pradería de Prao Cubo.
Sigue cayendo algún copo que otro.
Llegamos a la otra cabaña, que se ve a la izquierda de la foto, y continuamos el ascenso por lo alto de la loma.
Y enfilamos la arista que cae de las estribaciones del Coriscao y de la Peña Cascajal.
Dejamos la arista para hacer una travesía en horizontal y llegar a una vaguada por la que ascendemos hasta llegar a un collado desde el cual se accede a la última parte de la ascensión al Cascajal, con la gran suerte de que en ese momento las nubes se abren considerablemente y nos permiten disfrutar un poco del panorama que desde aquí se contempla.
Al fondo las nubes nos dejan ver la entrada a los puertos de Áliva. En primer término tenemos la vaguada por donde hemos ascendido.
Llegando a la cima, con el Coriscao de fondo.
Con gran regocijo al ver que las nubes nos dejan ver el sol, nos hacemos la foto de cumbre.
Las hierbas que hay en la cumbre, cubiertas por la nieve y el hielo, nos ofrecen esta bonita estampa.
Por encima del puerto de San Glorio, vemos el Portillo de la Yeguas.
El valle por donde desciende la carretera del puerto hacia la vertiente leonesa, con la sierra de Orpiñas de fondo.
El Portillo de las Yeguas con mas detalle.
Tras disfrutar un rato de la cumbre, iniciamos el descenso y como en nuestras cabezas seguía siendo muy atractiva la otra opción que teníamos de comernos un buen cocido, lo hacemos a toda velocidad, para ver si seria posible llegar al coche a una hora aún compatible con lo de ir a comer el cocido.
Vamos dejando a nuestra derecha la cumbre realizada, que ha quedado despejada de nubes.
La zona por donde asciende la pista desde Cosgaya hasta el Collado de Llesba, que se ve en la parte superior derecha, pasando por Prao Cubo que destaca en medio del monte. Como fondo tenemos las Peñas de Llesba.
Como vimos que lo del cocido no iba a ser posible, nos paramos en esta cabañita a dar cuenta de nuestros bocadillos.
Para seguir descendiendo tranquilamente de nuevo hacia Cosgaya, donde daríamos por finalizada otra muy buena jornada de montaña con la felicidad que nos produce el haber pisado las primeras nieves de la temporada. Esperemos que no tarden en caer las siguientes para que cubran bien esas montañas invernales que tanto nos gustan.
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