Sábado 20 de Marzo, el día anterior ha estado lloviendo y nevando por encima de unos mil metros. Para hoy dan aún algo de precipitación por la mañana, pero parece que va a ir abriendo a lo largo del día, pero eso sí, las temperaturas van a ir en descenso. Pienso que ante este panorama, la mejor opción para hacer montaña seria irnos a la zona de Ríofrio y hacer lo que el tiempo y el estado de la nieve nos deje. Pero las actividades realizadas en los últimos sábados por el macizo central han dejado un muy buen sabor de boca, y algunos manifiestan deseos de volver por esa zona e intentar hacer alguna cumbre por allí. Quedamos en Fuente Dé para coger lo antes posible el teleférico (Juan Carlos sale de guardia en Panes a las 8) pero cuando llegamos a Espinama vemos que aparte de estar nevando débilmente, las nubes cubren por completo la zona y pensamos que por la zona de Lloroza, a parte de hacer mucho frio, la visibilidad debe ser muy escasa. Llamamos a Juan Carlos que viene mas retrasado y le comentamos la situación. Rápidamente llegamos a un acuerdo y decidimos darnos la vuelta y juntarnos en el pueblo de Ledantes y desde allí subir hacía los puertos de Riofrío para ver que se puede hacer. Por esta zona tenemos la ventaja de contar con varias cabañas que nos permiten refugiarnos en caso de mal tiempo o de mucho frio a la hora de la comida. Y puedo deciros que acertamos de pleno. El espectáculo que la naturaleza nos ofreció por la zona, contadas veces lo he presenciado en los muchos años que llevo haciendo montaña. Creo que las fotos y y el vídeo que os pongo a continuación, dan buena fe de lo que os digo.
Nos ponemos en marcha pasadas las nueve con el cielo cubierto pero sin precipitación, y enseguida nos encontramos con una finísima capa de nieve que a medida que vamos ganando altura va ganando en espesor, sin pasar de los cinco centímetros hasta que salimos de la zona de monte.La pista de Ledantes es larga. Justo seis kilómetros tiene hasta que se encuentra con la que sube del pueblo de Barrio y 900 metros de desnivel hay que superar hasta llegar a ese cruce.
Pero el ver que el día nos está respetando y que el bosque cada vez esta mas hermoso, nos da ánimos para llegar a Riofrío cuanto antes para ver lo que por allí nos encontramos.
Las nubes comienzan a levantar y el paisaje que nos muestra es todo un placer para la vista, con todo lo que nos rodea impregnado por la nieve recién caída.
Nos `paramos a contemplar la cara norte de la Zamburria que permanece aún cubierta por las nubes y que parece será nuestro objetivo en el día de hoy.
A la entrada de los puertos dejamos la pista que se adentra en ellos y afrontamos los últimos 400 metros que nos separan de la cumbre, con la esperanza que poco apoco las nubes se vayan disipando y nos dejen disfrutar de las vistas que desde los 2.126 mt que tiene esta montaña se pueden contemplar.
Pero en el último tramo de la subida nos vemos envueltos por una densa niebla que apenas nos deja ver mas allá de cinco o diez metros.
Tirando del mapa y del trak para comprobar que ya hemos llegado, a eso de las dos pisamos la cumbre sin poder ver mas allá que los diez o veinte metros que la niebla nos permite.
Como la cumbre no da mas de sí, iniciamos el descenso por la cara sur de la montaña para ir en busca de la cabaña en donde queremos parar para comer.
A medida que vamos perdiendo altura las nubes se van disipando y el sol reflejado en la nieve impregna de una luminosa belleza a los puertos de Riofrío.
En pocos minutos las nubes van levantando y desapareciendo, mostrándonos así todas las cumbres que rodean la zona con una belleza que en pocas ocasiones se puede contemplar.
Y la última en despejar por ser la más alta, la reina de la zona, Peña Prieta, que luce sus mejores galas invernales.
El día a quedado totalmente despejado, por lo que no dudamos en comer en la calle recibiendo los cálidos rayos del sol que hoy se agradecen, y contemplando la hermosa estampa invernal que hoy se nos muestra.
Contemplamos la subida realizada para llegar a la Zamburria que ahora si está totalmente despejada. Por pocos minutos nos privó de admirar las vistas que desde su cumbre hoy habrían sido magníficas.
casi mil metros por debajo nuestro vemos con nitidez el pueblo de Ledantes, a donde tenemos que descender.
Dejamos atrás el carrusel fotográfico y comenzamos el vertiginoso descenso por la pista que según vamos perdiendo altura, vamos dejando atrás la nieve y el ambiente mágico que la montaña hoy nos ha ofrecido.
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