-la semana siguiente a semana santa la tengo de vacaciones.....
-y como ya tienen que venir algunos días de buen tiempo.....
-¡ya está, me subo 2 o 3 días a Cabaña Verónica!
Y efectivamente, las previsiones para el lunes 5 y días siguientes es de que por fin el anticiclón se va a apoderar de nuestro cielo.
La idea es subirme yo solo, hace mucho tiempo que no hago montaña sin compañía y de vez en cuando me gusta hacerlo, para empaparme de la montaña y su silencio.
El miércoles 31 me llama Jose que sigue de vacaciones para ver si hacemos algo el sábado 3, pero las previsiones del tiempo para ese día no son buenas y le comunico mi idea de dos días.
Con dolor de corazón me dice que esos días no le es posible dejar sus compromisos.
El viernes, día 2 me llama Julian para lo mismo y le trasmito el plan que tengo, con gran sorpresa le oigo decir que se apunta a lo de Cabaña Verónica y aunque en un principio mi idea era subir solo, me alegra contar con su compañía y quedamos para el lunes.
-¿no te importa madrugar?- le digo
-¡para nada!
-¿que te parece si quedamos a las 6,30 y aprovechamos bien el día?
-de acuerdo, por mi no hay problema.
Y a esa hora me recoge a la puerta de Sta. Clotilde y salimos raudos hacia Fuente De con la perspectiva de que vamos a tener un gran día.
Y efectivamente, a las 9 nos ponemos en marcha desde Espinama con una mañana fresca, 0 grados marca el termómetro, pero con un cielo totalmente azul que nos da animo para cargar con los mochilones que hemos preparado, con todo el material de invierno, mas saco, mas comida, mas agua.....
-¡ufff!
-esto pesa como 15 kilos
-bueno, no tenemos ninguna prisa, disponemos de 12 horas de luz para llegar a nuestro vivac, así que a tomárnoslo con tranquilidad y a disfrutar del día.
El Valdecoro a la salida de Espinama
Cuando nos encontramos a medio camino nos cruzamos con Jose, el guarda de Cabaña que baja a portear y nos comunica que hay otras dos personas en el refugio, así que seremos 5 a dormir en ese espacio tan reducido ¡que le vamos ha hacer!
A las 5 llegamos al refugio algo cansados tras los 1.400 mts. con el mochilón, pero tras preparar un caldito y descansar un rato me siento totalmente recuperado, y viendo la tarde tan hermosa que hace le propongo a Julian subir a la cumbre de los Hdos. Rojos.
Me dice que ya ha tenido bastante por hoy y tras saludar a los dos compañeros que van a compartir habitación con nosotros (son de Bilbao, sobrino y tío. Se llaman Alberto y Joseba) me calzo los pinchos, cojo en la mano el piolet, meto en la mochila el forro y la botella de agua y siguiendo la huella que han dejado los vascos enfilo hacia la cumbre.
Y esto fué lo que me encontre en la cumbre.
Hacia Torre Cerredo
Al fondo se ve el Llambrion y veo que la chimenea de acceso a su cumbre no está con nieve suficiente para intentar acceder a ella como era mi intención realizar mañana a primera hora, pienso que será mejor cambiarla por Torre Blanca que también se me muestra atrayente y retadora
Me vienen a la mente recuerdos de allá por el año 93, a finales de Enero estuve en esta cumbre con el difunto Mariano, en un día despejado como hoy, y desde esta cumbre presenciamos una puesta de sol preciosa. Recuerdo que era la segunda vez que me ponía los crampones y al descender como había zonas con hielo pasé bastante "acojone" y gracias a los consejos de Mariano conseguí descender sin novedad.
Así está hacia Peña Vieja al atardecer
Julian disfrutando
La torre del Friero
mis compañeros de ruta
a las 12 llegamos a Cabaña, y después de cargar nuestras mochilas con todos los pertrechos, a la 1 en punto iniciamos el largo descenso hasta Espinama.
un último vistazo a los lugares que nos han acogido
comemos en el mismo lugar que lo hicimos ayer y después, yendo hacia el Butrón nos topamos con varios rebaños de rebecos que no se asustan ante nuestra presencia
llegando a la cda. de la Junciana nos ofrece esta bonita vista
pasada dicha cda. iniciamos el vertiginoso descenso hasta Espinama que en los ultimos tramos ya se nos hace un poco pesado, pero como decia Julian, el ser humano posee una gran capacidad de sufrimeinto, y gracias a esto, llegamos a las 6,30 hasta donde habiamos dejado ayer el coche. Hemos descendido en 5 horas y media, no está nada mal para dos veteranos muy veteranos ¿no?
Y esto fue todo amigos. No quiero terminar este realto sin dar las gracias a Julian por ser tan buen compañero de "aventuras", a Jose, el guarda de Cabaña por su amabilidad y su empeño en que nuestra estancia, dentro de las escasas posibilidades, resultase los más agradable posible. Y un saludo muy especial para Alberto y Joseba que verán este relato (Joseba ya se ha dado de alta como seguidor del blog). Ha sido un verdadero placer haber compartido esas cumbres con vosotros.
Si tardamos 8 horas en subir, calculo que nos llevará unas 6 en bajar, osea que hacia las 7 estaremos en el coche
Y YA SABEIS, ¡BUSCAD LA BELLEZA, ES LA UNICA PROTESTA QUE MERCE LA PENA EN ESTE ASQUEROSO MUNDO!
¡NOS VEMOS EL SÁBADO EN EL ESCAMELLAO!