Solo nos quedaba una marcha para completar el calendario correspondiente a este año que estamos a punto de terminar, y el sábado nos fuimos hasta el pueblo asturiano de Sotres para acometer la ascensión al Cueto Tejado y así dar por concluidas todas nuestras actividades programadas para este año.
El pronóstico del tiempo daba nuboso, pero sin precipitación, solo por la tarde daban alguna posibilidad de que cayese algo. Pero esta vez se equivocaron. Desde que nos pusimos en marcha a las nueve y veinte de la mañana hasta que terminamos a las cuatro de la tarde, prácticamente no paro de lloviznar y a partir de los 1.400 mt. nos vimos rodeados de una espesa niebla que nos complico un poco la ascensión, sobre todo en la parte final donde entre la nieve y la niebla nos costo un poco encontrar la subida y la cumbre del Cueto Tejado.
Supimos que habíamos llegado a ella porque algunos ya la conocíamos de otras ocasiones, pero la verdad es que podíamos haber acabado en cualquier otra cumbre, pues no se veía a mas de 40 m. de donde uno se encontraba.
El 2000 y Pico casi al completo posa en medio de Sotres antes de ponernos en marcha.
Nada mas salir ya se abrieron los paraguas, los que le habían traído.
Por encima del pueblo pasamos junto a un precioso balcón sobre el valle del Duje con los invernales del Toro y el Escamellao al fondo.
A partir de aquí comenzó a llover algo mas fuerte y seguimos ascendiendo por un sendero entero embarrado hasta llegar al pie de la Pica de Fuentesoles donde nos paramos a tomar las 11 aunque aún eran las 10,30.
En esos momentos se produjo un amago de motín en el grupo y se escucharon algunos comentarios sobre la posibilidad de darnos media vuelta y buscar en el valle la protección de alguna acogedora barra de bar donde pudiésemos saborear un humeante café o un chocolate calentito.
Pero ante el comentario por parte del guía de que en su ya rica y dilatada historia, el grupo 2000 y Pico nunca se había dado la vuelta por un cala bobos de nada o por un poco de niebla en la lejanía, o que que somos, si hombres o gominolas, la cosa no paso a mayores, y tras colocarnos de nuevo las mochilas, todos seguimos hacia arriba como posesos, sin que nada ni nadie pudiesen ya evitar que nuestros pies pisaran hoy los 2.159 m. del Cueto Tejado.
Cosa que hicimos pasada la una y media después de alguna duda de donde nos encontrábamos. Jelu fue el que con su ya experimentado instinto montañero y con su excelente estado físico, primero encontró y piso la cumbre.
Dos fotos de cumbre para que se vea que también los retrateros llegaron hasta la cima.
Como desde aquí hoy no vemos nada y algunos comienzan a quejarse del frío, enseguida iniciamos el descenso con cuidado de no perder nuestras huellas de subida para no sufrir algún extravío entre la niebla.
Descendemos a todo trapo hasta la Pica de Fuente Soles donde nos desviamos de nuestra subida para llegar hasta la pista que baja del casetón de Andara y donde nos paramos a comer. Hemos decidido descender por la pista hasta el Hoyo del Tejo para llegar a Sotres por la carretera y así evitar el barro del sendero por donde ascendimos por la mañana.
Pasamos por el collado y los invernales de la Caballar. Las nubes y la niebla comienzan a disiparse y aprovecho para sacar alguna foto decente.
¡Y pensar que mañana va hacer otra vez bueno!
Para las cuatro estamos de nuevo en los coches. Si el día hubiese acompañado un poco, desde el Cueto Tejado nos hubiésemos acercado a la Pica del Jou Sin Tierre para así disfrutar un poco mas de las magníficas vistas que desde estas cumbres se divisan, pero en la montaña el hombre propone y el tiempo dispone, así que, resignación, y otro día será mejor, aunque este así con todo, no fue malo ni mucho menos.
Disfrutamos de muy buena compañía y como siempre, nos lo pasamos muy requete bien.
¡HASTA LA PRÓXIMA, DESEÁNDOOS A TODOS LOS QUE TENÉIS LA PACIENCIA DE LEER ESTO, UNAS MUY FELICES FIESTAS!