Cuando Alvaro nos acompaño en la primera de las dos ocasiones en que este ultimo mes hemos realizado la senda de Cain a Bulnes, comento que aun no conocía la canal del Agua y que le gustaría hacerla este verano. Como yo ya la ascendí hace tres años, enseguida me ofrecí de guía y nos emplazamos para que en cuanto tuviésemos un día libre, nos pondríamos en contacto para realizarla. Y este día fue el pasado sábado 18 de Agosto, pero claro, estas marchas "fuertes", hay algunas personas que les atrae como la miel a las moscas, y a Alvaro y a mi se añadieron Miguel, un amigo de Alvaro, Jose y Jelu. Quedamos a las 5 de la mañana en Santander y a las 7 menos veinte nos pusimos en marcha los cinco desde Puente Poncebos cuando el día comenzaba a clarear.
Nos fotografiamos en los Collados con las primeras luces del día.
Los días pasados han sido de mucho calor, y aunque para hoy dan descenso de temperaturas, cargamos con bastante agua, pues hasta llegar al refugio de Cabrones posiblemente no la encontremos. En la canal del Agua hay un sitio donde suele manar un chorro, pero a estas alturas del verano no es seguro que lo encontremos. Aquí estamos en la fuente que hay entre la Quintana y el comienzo de Piedrabellida que a pesar de no tener un chorro de agua, si se podía coger de lo que tenia retenido en el pilón.
Para acceder a la canal del Agua existen varias opciones, hoy hemos escogido la del Horcado Turonero Cimero por ser la mas cómoda. La otra opción, que consiste en descender a cruzar el Cares desde la caseta de la Sota, es mas bonita y espectacular y permite un acceso mas directo a la canal de la Ria, pero posee unos destrepes un poco complicadillos, y se tarde mucho en acceder a la canal debido a la dificultad del terreno a recorrer.
Pasado el Horcado Turonero tenemos a nuestros pies la canal de La Ria. Descendemos unos metros y seguimos un sendero que trascurre pegado a las paredes de la mano izquierda de la canal sin bajarnos a su fondo. Jelu si ha bajado al fondo de la canal y le vamos viendo que progresa unos metros por debajo nuestro. Los tres máquinas que llevo delante van desbocados y no puedo pararme ni ha sacar una foto si no quiero perderles de vista.
Llegamos al punto donde la canal del Agua desemboca en la canal de La Ria. Las mayores dificultades se encuentran en la entrada y en los primeros tramos de la canal, por lo que antes de entrar en materia nos paramos a picar un poco y cargar el depósito para que el motor no nos deje tirados en plena faena.
Comenzamos las trepadas salvando el fondo de la canal por su parte izquierda. Superamos los primeros tramos y al volver la vista nos vemos rodeados por paredes verticales que suben hacia el cielo, con las canales del Occidental al fondo.
Entramos en el fondo de la canal y progresamos unos metros sin apenas dificultad, pero enseguida nos encontramos con un muro casi vertical que nos impide continuar. Dejamos el fondo de la canal siguiendo un casi imperceptible sendero que nos eleva por la empinada y herbosa ladera de su margen derecha.
Agarrándonos a la hierba vamos, primero ascendiendo y luego atravesando en horizontal por la empinada ladera, con veinte metros de caída sobre el fondo de la canal. La concentración es máxima.
Poco a poco nos vamos acercando otra vez al fondo de la canal donde ahora ya empezamos a progresar por terreno mas cómodo, con varia trepadas fáciles y disfrutonas.
Minutos antes de la una salimos a la parte ultima de la canal, donde ya casi se ve al final, la Collada del Agua. Las vistas del Occidental son magníficas y nos fotografiamos con la alegría de ver ya casi superado nuestro reto de hoy.
La senda del Cares casi 1.500 mt. por debajo nuestro, acercada con el zoom de la cámara.
Alvaro y la "Santa"
¡Nos queda lo peor! les digo a mis compañeros, y efectivamente, el último tramo que se ve en la foto, se nos hace eterno, pues al ser más tirado el terreno, hace que nos lleve mucho tiempo alcanzar la Collada, agravado con el cansancio acumulado sobre las piernas. Por debajo de la gran piedra que se ve donde finaliza la zona de hierva mana un hilito de agua que recogemos con un baso y donde aplacamos un poco nuestra sed, a pesar que el día no está siendo tan caluroso como esperábamos. Unos metros mas arriba encontramos otro pequeño manantial y Jelu y yo llenamos nuestras botellas.
Y a las dos de la tarde llegamos los cinco a la Collada del Agua, cansados, unos mas que otros, pero todos por igual de contentos y felices por el gran reto superado. Comemos un poco y después el grupo se divide. Jelu, que dice que la Canal de Agua ya cayó y que ya está bien por hoy, y Miguel que tiene que regresar pronto a Santander, inician el descenso hacia Poncebos pasando por el refugio de Cabrones. Alvaro Jose y yo que aún nos encontramos "fuertes" iniciamos el ascenso hacia la cumbre del Cueto del Trave, dispuestos a contemplar las estupendas vistas que esta cumbre ofrece.
Saliendo hacia la cumbre con la collada del Agua a nuestros pies.
Acercándonos hacia la cumbre con el Pico de los Cabrones y Torrecerredo a nuestras espaldas.
Unos minutos antes de las tres llegamos a la cumbre del Cueto central del Trave de 2.253 mt.
Los Albos con su impresionante ladera norte recorrida el día anterior por Mayte y José Antonio.
La foto de cumbre, que no falte.
Nos deleitamos con las vistas y con las fotos
Cuesta Duja, que recorrimos días pasados en la ruta Cain - Bulnes.
Y después de disfrutar a tope iniciamos el largo descenso hacia Poncebos. Lo hacemos por distinto sitio que al ascenso y conectamos con el camino del refugio en el tramo que hay entre las dos cuerdas que existen para facilitar el paso en los dos tramos mas comprometidos del camino.
El descenso es una gozada pese a los 28 grados que marca mi termómetro. La tarde está luminosa y radiante y el sendero en esta ocasión se baja muy bien al estar bien seco el suelo.
La foto que no puede faltar en una tarde como esta. Bulnes desde el collado de Cima, al inicio de la canal de Amuesa.
A las ocho menos veinte en punto llegamos a Puente Poncebos. Nos a llevado 13 horas exactas la fuerte actividad realizada hoy. Lo rematamos con un bañito en las frías aguas del Cares, que deja nuestra piernas como si no hubiésemos hecho nada, y con una fresca y espumosa jarrita de cerveza que nos tomamos en el bar de Poncebos.
Y esto fue todo. Otra fuerte actividad superada que nos ha cargado las pilas para unos días y que nos ayudará a enfrentarnos a las dificultades y a los retos que la vida de hoy en día nos depara un día si y otro también.
¡GRACIAS AMIGOS, Y HASTA OTRA!