Norma que debiera ser de obligado cumplimiento

Norma que debiera ser de obligado cumplimiento para todos
Para facilitar la organización de vehículos y saber a quienes hay que esperar en Mompía o en cualquier otro lugar de reunión de salida, se ruega muy encarecidamente enviar un mensaje bien al móvil, o bien al correo electrónico de Alberto o quien dirija la salida, indicando quiénes van a ir a la marcha, lo más tarde el viernes al mediodía, si es posible.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Fin de año en el Pico San Vicente con comida en Ramales

Un año mas, el pasado sábado día 17, nos juntamos los asiduos del Dos mil y Pico, con los asiduos del Gominolas, mas los que poco a poco se han ido descolgando de los dos grupo, y que por unos u otros motivos, ya no nos acompañan en las marchas, para despedir este año que ya está a punto de
terminar. Como siempre, iniciamos la jornada realizando una marcha, que en esta ocasión consistió en la ascensión al Pico San Vicente desde el pueblo Sobano de Rozas, para después bajar hasta el pueblo de Ramales y rematar la jornada con una suculenta comida en un restaurante de la zona.

18 fuimos los que nos juntamos en el pueblo de Rozas para realizar la marcha, los que se ven en la foto, mas el fotógrafo. A la comida se añadieron 16 mas, lo que hace que al final fuésemos un total de 34 los que nos juntamos este año.

La primera parte del recorrido lo realizamos por carretera hasta llegar al barrio de Manzaneza, donde comienza la ascensión en si al Pico San Vicente, teniendo que salvar unos 500 mt. de desnivel.
El día comenzó bastante nuboso, con el suelo algo mojado por lo caído durante la noche, pero poco a poco fue despejando algo, y al final nos calentó un poco el sol.

 Antes de llegar a Manzaneda, pasamos por la Ermita de Nuestra Señora del Rosario.

En el barrio de Manzaneda termina la carretera, y justo en este punto, se coge el sendero que lleva hasta la cumbre. Alguno, aligera peso antes de comenzar la ascensión.

Un sendero bastante marcado, nos introduce entre encinas y escajos hacia el pie de la montaña.

En frente nuestro, toda la subida hasta la cumbre.

La progresión es lenta. Hoy se habla mas que se camina. Es que la mayoría hacia mucho tiempo que no nos veíamos.

En la parte mas sencilla de la ascensión.

 Zona, sobre todo en la parte superior, de mucha garma y lapiaz, y como el suelo se encuentra algo mojado, hay que mirar muy bien como se posa el pie.


Poco a poco vamos superando este accidentado terreno.

Algunos no paran de darle a la "sin hueso"

Chema no pierde una oportunidad de "posar" para los fotógrafos.

Último tramo para la cumbre.

Ya en la cumbre, vemos en la otra vertiente, el pueblo de Ramales, 800 mt. mas abajo.

Salen de las mochilas vasos, turrones y champanes. Enseguida se llenan los vasos de los dos fundadores del grupo que hoy han subido hasta aquí, Fonso y Javichu.

Victor nos ofrece una sonrisa pícara, bien perpetrado para que no se le enfríen las orejas.

Hoy mas que nunca, no puede faltar la foto de cumbre con la bandera del grupo.

Chema, a lo suyo.

Tras beber, comer, y hacer mucho daño a los coros de villancicos, iniciamos el descenso, que tiene que ser mas cuidadoso aún que a la subida.

Pero el personal lo realiza con gran maestría y sapiencia.


Salvando los últimos tramos de roca.

Estos dos no fallan ningún año.


Bajamos con mucha tranquilidad.

El pueblo de Rozas, iluminado por los pocos rayos de sol que hoy hemos tenido.

Llegando al barrio de Manzaneda.

Ahora que llegamos abajo, el sol ilumina la cumbre. Suele pasar mucho esto en la montaña.

 Bajamos hacia los coches con rapidez, que ya hay hambre y los que no han hecho la marcha y ya están en el restaurante, ya nos están reclamando.

Pasadas las tres nos sentamos en las mesas. Enseguida comienzan a salir suculentos platos.

Otro veterano del grupo, que aunque ya no nos puede acompañar a las marchas, nunca falta en estos eventos.

 ¡Cómeme, cómeme, dice este filete.

¡Y no digamos la tarta pasiega!.

El personal está al plato y a las tajadas.

Por lo menos estos dos parece que se lo están pasando bien.

¡Josú, como estaban las alubias rojas!, y no digamos nada el cocido montañés.

Como todos los años el amigo Justy, nos preparo alguna sorpresa. Este año fueron unos coquetos vasos para llevar en la mochila y utilizarlos cuando encontremos alguna refrescante fuente.

 
Ya solo queda pasar la cesta. Al final, buena relación calidad / precio. Otro buen día pasado entre amigos, con muy buen ambiente para recordar.
Solo me queda deciros que echéis un vistazo al vídeo que he preparado y.......
¡HASTA EL AÑO QUE VIENE!