A las cinco y media de la mañana me recoge en la puerta de Santa Cotilde y salimos pitando para Fuente Dé, tan pitando, que antes de las siete ya hemos llegado a nuestro destino, lo que a mi me supone llegar con un fuerte mareo que no permite entonarse a mi cuerpo hasta que no llevemos un buen rato de marcha.
En Fuente Dé nos juntamos con Juan Carlos y a las siete y cuarto, con dos grados de temperatura, enfilamos a todo trapo hacia la Jenduda, llevamos tanta prisa, que en esta ocasión pasamos de hacer foto de salida.
Los primeros rayos de sol comienzan a alumbrar en el Coriscao.
Dejamos el sendero que sube hacia el Hachero y cogemos el que nos subirá hacia la Jenduda. Fotografío a Jose con la Peña Remoña al fondo.
El día parece que promete.
La mañana se presta para caminar. Subimos con un fuerte ritmo y enseguida nos acercamos a la entrada de la Jenduda.
Tras superar el resalte de las cuerdas, continuamos a buen ritmo engullidos por las paredes de la canal.
La clave para poder llevar a buen término nuestro proyecto, se encuentra en como encontremos el estado de la nieve. Cuando llegamos a los primeros neveros a la salida de la Jenduda, vemos con satisfacción que por lo menos por aquí, se encuentra en inmejorables condiciones para caminar sin hundirnos prácticamente nada.
Un poco antes de llegar a los Lagos de Lloroza, aunque aún es temprano, nos paramos a picar un poco, que hoy hemos madrugado mucho.
La canal de San Luis con el Pico de la Padiorna al fondo.
A la derecha el Coriscao, y al fondo el Lomas y el Cuartas. Vemos que por la cordillera hay mas nieve de la esperada.
Pasamos junto a uno de los Lagos de Lloroza, que como es natural para esta época del año, se encuentra totalmente helado.
Continuamos camino hacia la Vueltona y seguimos viendo que la nieve sigue en inmejorables condiciones.¡Quien lo hubiera dicho!
Pasada la Vueltona y cuando comenzamos a ascender hacia la pared sur de los Horcados Rojos, ya vemos claramente nuestro objetivo de hoy. Parece que las condiciones, de momento, nos son totalmente propicias.
A las once y cuarto llegamos a Cabaña Verónica. Cuatro horas nos ha llevado llegar hasta aquí y viendo el estado de la nieve, no dudamos en que esta vez sí, llegaremos a la cumbre de Torre Blanca.
Hemos cargado con las raquetas, pero viendo como esta la nieve, decidimos dejarlas en el refugio para recogerlas a la vuelta. Esperemos que no nos tengamos que arrepentir.
Jose admirando el panorama hacia Santa Ana y Peña Vieja.
La Canalona también luce sus mejores galas.
En esta fotografía sacada por Jose desde Cabaña Verónica, se ve la cumbre de Torre Blanca, y si os fijáis, a la derecha de ella, se distingue un montañero en su cumbre. A la entrada de Hoyos Sengros nos cruzamos con el. Nos comento que había salido de Fuente Dé a las seis de la mañana y ya había estado en las cumbres del Tesorero y de Torre Blanca, lo que demuestra su buen estado de forma y también el de la nieve.
Descendemos unos metros para bordear el jou alargado que configura Hoyos Sengros por su margen derecha. El sol cae sobre nosotros como verdadero fuego. Aunque la temperatura que marca mi termómetro es de 17º/18º, la sensación es como si estubiésemos a 30º, pues la nieve nos rebota los rayos solares multiplicando su potencia.
Y aunque la nieve ya comienza a reblandecer algo debido al calor, seguimos progresando con bastante facilidad hacia nuestro objetivo, eso si, rebajando muy mucho el nivel de nuestros depósitos de agua.
Vamos dejando atrás el Tiro Llago.
Y también el Madejuno.
Vamos siguiendo la huella dejada por un esquiador en medio de un silencio abrasador, solo alterado por el ruido de nuestras pisadas en la nieve. Nosotros no hablamos nada, solo vamos concentrados en nuestros pasos y en soportar este calor que nos aplana.
Por fin llegamos al pie de la montaña donde el terreno se pone mucho mas vertical. A nuestra izquierda tenemos esta visión de la cordillera.
Como siempre, Jose se pone en cabeza y comienza la ascensión por la pendiente pala de nieve que nos eleva hacia la ansiada cumbre.
Le sigo yo.....
Y un poco mas abajo Juan Carlos.
Tras superar un primer tramo muy vertical, salimos a la arista final que aunque no es tan vertical, es mas expuesta, con una importante caída por nuestra derecha hacia el Jou del Tras Llambión.
Con la máxima concentración, vamos llegando a la cumbre. Es la una de la tarde, lo hemos hecho en menos de seis horas. Fundamental repito, el estado de la nieve.
Con un panorama espectacular en cualquier dirección que miremos.
Como este de la Vega de Liordes con la cordillera y el Espigüete al fondo.
Tiro Tirso y el Llambrión.
Así estaba la chimenea que da acceso al Llambrión. ¿Para cuando nosotros, Jose?
Pues sí, a la tercera fue la vencida, y esta vez, desde Fuente Dé.
Torre Salinas y la Torre del Hoyo de Liordes.
Tras disfrutar un rato en la cumbre, iniciamos el descenso. En este primer tramos nos exige poner los cinco sentidos. Os aseguro que la cosa esta mas vertical de lo que se aprecia en la foto.
Otra espectacular vista de la cordillera.
Poco a poco y con la máxima concentración, descendemos el tramo mas comprometido.
Cuando llegamos a terreno mas seguro realizamos una parada para agruparnos y ver donde nos paramos a comer. En ese momento pego una chupetada a la goma del agua y veo con estupor que en la bolsa ya no queda mas líquido. La traía con dos litros y medio y me lo he tragado todo. ¿como aguanto yo sin beber hasta llegar a el Cable con este calor tan insoportable?
Llego en donde esta Jose parado y veo a dos metros de el una botella de agua de Solares caida en la nieve.
-Jose, ¿es tulla esa botella?
-No, estaba ahí.
La cojo y veo que esta llena de liquido algo helado. La abro y huelo un agradable sabor a limonada.
Pruebo un sorbo y compruebo que esta delicioso y refrescante.
¿Pero como es posible que nada mas quedarme sin agua me encuentre esta riquísima bebida perdida en esta inmensidad de nieve, justo por donde pasábamos nosotros?
¡Y sin empezar!
Esta claro que alguno de los esquiadores que anduvieron por aquí ayer o antes de ayer, la perdieron y dio la casualidad que justo donde yo la necesitaba. Parece que hoy lo tenemos todo de cara.
Como aún es un poco pronto y antes de que ablande mas las nieve, decidimos llegar hasta Cabaña Verónica para comer allí mucho mas cómodos y tranquilos.
Nuestra huella ha quedado perfectamente grabada en la montaña.
En Cabaña Verónica comimos con la grata compañía de Fidel, un dicharachero montañero que nos invito a probar un suculento postre elaborado por el.
Acompañados por el, descendimos hasta el Cable, disfrutando de una magnífica tarde que invitaba a pasar del teleférico y llegar a Fuete Dé por el Hachero, cosa que si hizo Fidel. Nosotros acompañamos a Jose, que hoy no ha sido moco de pavo lo que nos hemos metido por pecho y espalda. Nos vamos con el alma henchida de gozo por la cumbre conseguida y por el hermoso día disfrutado, aunque hayamos pasado mucho calor. La próxima vez tendré que cargar con mas agua, pues un milagro como el de hoy, no creo que sea tan fácil que se repita.
¡BUSCAD LA BELLEZA, ES LA ÚNICA PROTESTA QUE MERECE LA PENA EN ESTE CADA VEZ MÁS ASQUEROSO MUNDO!.