El viernes pasado anuncié en el blog los planes que tenia para el lunes y martes pasados que las previsiones eran de días despejados, con heladas débiles en el interior. Y todos estos planes se cumplieron con creces, salvo en donde decía que Jose se incorporaría el martes por la mañana para hacer el corredor este de Peña Prieta. Pero comencemos por el principio. A las 7 de la mañana partimos Ruben y yo para Ledantes y a las 9 nos hicimos esta foto delante de la iglesia del pueblo con nuestros mochilones a las espaldas. Al pasar por Potes el termómetro marcaba -4 grados, pero aquí en Ledantes a 800 metros teníamos 7 u 8 más. Cosas de la inversión térmica cuando el anticiclón se pone sobre nuestro territorio.
Foto de salida
Cogemos la larga y a veces tediosa pista que asciende por los bosques que caen de la entrada a los puertos de Riofrío. De vez en cuando nos depara alguna sorpresa, como este espectacular roble. Ruben se acerca a el para ver si le trasfiere algo de su descomunal fuerza.
El peso de la mochila (saco, comida, ropa de abrigo, dos piolets, crampones....) no me permite ir más deprisa, así que nos tomamos la subida con tranquilidad. A medida que ganamos altura entre las ramas de los árboles se nos van apareciendo luminosos los Picos.
A nuestras espaldas, la Zamburria practicamente sin nieve, nos observa
En una de las revueltas que realiza la pista en su ascensión, tenemos un sitio ideal para tomar las 11 y disfrutar de esta mañana tan esplendida que tenemos.
Consigo captar a este pájaro que recorre los troncos de los árboles en busca de alimento.
El pueblo de Barrio le vemos ya muy pequeñito
A la entrada de los puertos de Riofrío nuestras sospechas se confirman, muy poca nieve y mucho hielo, pero la vista del Curavacas al fondo nos llena de admiración, sobre todo a Ruben. Es la primera vez que recorre estos parajes y estas montañas, lo que da más aliciente a nuestra "expedición".
Un poquito antes de la una del mediodía llegamos a la cabaña que hemos escogido para pasar la noche. En menos de un kilómetro a la redonda existen cuatro cabañas en relativas buenas condiciones. Hemos escogido esta por las vistas que tiene y por su proxímidad a la entrada de Riofrío para mañana controlar la llegada de Jose que no conoce muy bien la zona. Esta es la vista hacia el oeste. Peña Prieta.
Esta hacia el norte. Los Picos
Esta hacia el Sur. El Curavacas
Y esta nuestra "mansion" de esta noche ¿quien dice que hay problemas de vivienda?.Comemos un poquito y nos planteamos que hacer por la tarde, aunque no tenemos mucho tiempo, para las 6 ya es casi de noche. Decidimos acercarnos al pie del corredor que tenemos pensado hacer mañana para ver en que condiciones está la nieve y conocer el acceso hasta su inicio. ¿Tendra nieve todo el corredor?. En los puertos solo queda un poquito en las zonas sombrías y solo en la parte cimera de las cumbres se ve algo de nieve en condiciones.
Dejamos sacos y demás utensilios que no necesitamos y mucho más ligeros iniciamos nuestra aproximación.
Llegamos casi al pie del corredor y vemos que tanto en su inicio como en su final (la parte central del mismo nos lo tapa un espolón rocoso) si parece que tiene nieve para recorrerle sin problemas. La nieve, donde hay suficiente capa está con costra helada por encima y polvo por debajo. Habrá que esperar a mañana para ver como se encuentra dentro del corredor. Nos damos la vuelta y regresamos hacia la cabaña a donde llegamos pasadas las cinco y media. El sol ya se ha puesto pero aún tenemos luz y Ruben dice que se sube a la cumbre que tenemos al noroeste de la cabaña y que se denomina Castro Negro para ver el panorama al atardecer. Mis botas de plástico son estupendas para andar con los crampones y para tener los pies calentitos, pero a veces, a mi me hacen ver las estrellas cuando sin saber por que me hacen daño en el empeine, cosa que me ha ocurrido esta tarde. De momento aún el dolor es soportable y le acompaño. Otra cosa será como lo tenga mañana cuando a primera hora me ponga las botas.
La cabaña y Peña prieta con las últimas luces del atardecer.
En la cumbre del Castro Negro empapándonos de las vistas y del silencio, solo roto por el lejano ruido de los aviones que no dejan de pasar por una imaginaria autopista del cielo.
El macizo central y occidental de Picos.
Como esto lo estoy relatando a tiempo pasado, en esta marco el recorrido que realizaremos al día siguiente por el corredor este hasta la cumbre de Peña Prieta.
Una manada de venados retozan en una campa unos metros por debajo nuestro.
Al fondo a la derecha el Pico Pumar.
El Curavacas y a su derecha el Curruquilla. Es hora de bajar, preparar una sopa bien calentita y una buena paella a la marinera de segundo, postres y antes de entrar en los sacos, un te con miel, unos chorritos de limón.....y un par de chupitos de orujo. ¡No os podéis ni imaginar lo bueno que estaba!
Como hoy en la tele no echan nada interesante (bueno ni hoy, ni ningún día) salimos un rato a contemplar uno de los mayores espectáculos de la naturaleza. Un cielo estrellado que impresiona. Le enseño a Ruben varias constelaciones. La Osa Mayor, la Menor, Casiopea, Orion, Taurus, Perseo, las Pléyades, y la galaxia de Andrómeda que la tenemos justo encima de nuestras cabezas. La luz que nos llega en estos momentos, inició su viaje hace dos millones de años, es decir que esta galaxia que es la más próxima a nosotros, se encuentra a dos millones de años luz de distancia. ¡Y es la más cercana!. Comienza a notarse "fresquillo", son las ocho y media, así que habrá que ir a buscar el calorcillo de nuestros sacos de pluma. Ruben también se estrena en esto.
¿A que hora nos levantamos mañana?
Con Jose hemos quedado en que llegará aquí hacia las nueve, así que pongo el despertador a las siete y media para estar desayunados y listos para cuando el llegue.
El oriental al amanecer.
Peña Prieta recibe los primeros rayos de sol.
Con más detalle.
Cuando me pongo las botas y doy los primeros pasos mis temores se hacen realidad. El dolor, sobre todo en el pie izquierdo es en algunos momentos insoportable. ¡Asi no puedo ir a ningún sitio! le digo a Ruben. Es que no sé ni como voy a bajar hasta Ledantes. Vigilamos para ver si llega Jose. Ruben me dice que para quitar el frío va a salir a su encuentro por la pista. Yo me quedo rumiando mi desesperación. Pruebo a ponerme otro calcetín que me proteja un poco la parte dolorida. Parece que algo hace, pero sigue doliendo mucho.
De pronto oigo hablar a lo lejos. Ya vienen Ruben y Jose.
-¡Si vienen tres!
-¡A que es Eloy!, ¡por el bullicio que traen tiene que ser Eloy!
Efectivamente, es Eloy que vio la propuesta en el blog y se ha escaqueado del trabajo.
-¡Como ibais a subir sin mi!
-¡Maldita sea mi estampa! ¿me voy a tener que quedar aquí a ver como subís vosotros?
-No me resigno a tal cosa. Mientras ellos pican un poco (han salido a las cinco de Santander y antes de las siete de Ledantes) preparo la mochila y sin decir nada me pongo a caminar. A medida que voy avanzando parece que el dolor es más soportable, pero aún voy con el temor de que en cualquier momento me tenga que dar la vuelta.
Pero no es el caso. Poco a poco el dolor resulta más llevadero y comienzo a disfrutar de la mañana, de la compañía y de la actividad tan chula que estamos realizando. Aquí marco por donde discurre el recorrido que realizamos hasta el collado antes de la cumbre.
Como siempre en estos casos Jose se pone en cabeza y no hay quien le pare.
Ruben disfrutando como nunca. ¡Ya veréis con mis botas y crampones nuevos!
¡Y no digamos nada el amigo Eloy!
Al inicio del corredor encontramos la entrada de otro que sale más hacia la cumbre sur de Peña Prieta y que parece más empinado que el que llevamos. Como a Eloy este le parece una cuesta de "vacas" quiere intentar el otro. Jose en un principio parece que le sigue. Yo les digo que he venido ha hacer este y que ya habrá otro día para intentar el otro. Como hay dudas de como será la salida, al final seguimos los cuatro juntos.
La nieve está en unas óptimas condiciones, ni muy dura, ni muy blanda (algunos opinaban que tenia que estar más dura) y con los dos piolets progresamos con bastante seguridad, sin perder la concentración y el cuidado.
Las vistas desde el corredor
Lo que llevamos ascendido
¡Este tramo está pindio!
Hora y media después de ponernos los crampones salimos al collado unos metros antes de la cumbre de Peña Prieta
Una mía, unos metros antes del final
La salida al collado ¡espectacular!
Eloy no ha quedado satisfecho y se va a inspeccionar la salida del otro corredor ¡no te preocupes Eloy, cuando haya más nieve venimos a por el!
Celebrándolo en la cumbre con unas vistas magníficas
La bajada la ralizaremos pasando por el Tres Provincias, y por el Cubil del Can bajaremos otra vez hacia Riofrío rodeando Peña Prieta por su cara norte. En la foto Eloy comenzando el descenso por la travesia de verano, que por cierto estab bastante eladita.
En el Tres Provincias nos encontramos con una pareja que nos fotografia en la cumbre
Unas bonitas fotos por el cordal hasta El Cubil del Can
Donde nos encontramos, con gran sorpresa, a dos buenos amigos, Chuchi y Alvaro, esta vez sin Oliber. Tambien se han hecho un corredor, pero con más profesionalidad que nosotros.
Después de los saludos y un breve intercambio de aventuras, iniciamos el descenso por la bonita arista del Cubil del Can
Pasando por delante de la impresionante cara norte de Peña Prieta
El coqueto refugio con la pared norte de Peña Prieta al fondo. ¡Con luz y todo! gracias a una pequeña placa solar. No está mal para subir a probarle un día.
Y sin más novedad, algo antes de las cinco llegamos a la cabaña donde cargamos el resto de nuestro equipaje en las mochilas, ¡y para abajo! que aún nos quedan más de dos horas hasta Ledantes, donde llegamos pasadas las siete, cansados, solo un poco, ¿contentos? ¡¡muchísimo!!
¡HASTA EL AÑO QUE VIENE! ¡FELIZ AÑO PARA TODOS!