La nieve, por encima de los 1.500 metros y con poco espesor. Donde más, en las partes mas altas, no superaban los veinte centímetros.
Estos somos la media docena de componentes que a las nueve y media de la mañana nos pusimos en marcha, con una temperatura de -5 grados, pero muy ilusionados, con un cielo totalmente despejado. Las bajas temperaturas retrajeron a algunos que prefirieron quedarse en casa.......aunque luego se arrepintieran.¡Se les echó en falta!
¡Carne fresca para desayunar! parece decir este buitre que nos acecha por encima del aparcamiento.
La mejor manera de entrar en calor es caminando, así que enseguida comenzamos a disfrutar del día y del paisaje. Al fondo nos aparece el Curavacas.
Este es el Pico Hoya Continua, cuya ascensión tenemos prevista en el calendario, a realizar desde el pueblo de Vidrieros.Otra del Curavacas, ¡que está precioso!
Seguimos ascendiendo por la pista, que nos sube en dirección sur y que desemboca en un marcado collado, donde hacemos un giro de noventa grados y tomamos dirección este para recorrer la larga crestería hasta Peña Redonda. A partir de aquí, un fuerte y constante viento del norte, nos fustiga y nos dificulta enormemente la marcha.
El Espigüete, impone su afilada silueta por encima del pantano de Camporredondo.
El termómetro marca -7, pero el viento, que en algunos momentos sopla a más de 40 km. por hora, hace que la sensación térmica supere los -25 (según la tabla que viene en mi termómetro)
Tenemos que parar varias veces para añadir prendas a nuestro vestuario. El sacar una foto supone quitar manopla, quitar guante, sacar la foto con rapidez para que no duelan los dedos, y volver a poner guante y manopla, así que, pocas fotos a la ida, bastante tenemos con luchar contra el viento. Como vamos bien abrigados y caminamos con rapidez, no se tiene sensación de mucho frío.
Con las paradas se han formado dos grupos, por delante van José Antonio, Rubén y Chema, más atrás vamos Justo, Julian y yo, pero vamos conectados con los walkies y cuando nosotros llegamos al pie del último tramo para llegar a la cumbre, nos comunican que ellos ya están llegando. Un rato después llegamos nosotros, ellos han descendido unos metros hacia la ladera sur en busca de un abrigaño para evitar el frío y molesto viento. Antes de pisar nosotros la cumbre comemos y, sobre todo, bebemos el rico caldito que nos ha traído Justo y el riquísimo te que hemos traído José Antonio y yo. También comenzamos a disfrutar de la impresionantes vistas que ofrece esta montaña, sobre todo hacia el sur, con la inmensa meseta que se pierde en el horizonte. En la foto vemos hacia el Oeste, la Peña del Fraile, última cumbre de 2000 metros hacia el sur, antes de la meseta.
La foto con la enorme cruz de Peña Redonda, que se divisa a muchos kilómetros de la montaña.
Esta, delante de la caseta donde se encuentra el buzón de cumbre
Y esta en la cumbre cumbre, con el cordal que va del Espigüete al Curavacas de fondo.
Y rápidamente para abajo, que algunos tienen mucho frío.
Me despido de la cumbre y su cruz
Aquí se ve el Pico Murcia a la izquierda y Peñas Malas a la derecha
Al iniciar el descenso, el viento parece que se calma un poco, y como además nos da de espaldas, ahora podemos disfrutar más del ambiente que nos rodea
A nuestras espaldas lo que llevamos descendido
Seguimos descendiendo con este magnífico fondo. En el centro de la foto se ve el Alto de la Varga, donde hemos dejado los coches y donde tenemos que llegar
Nos despedimos de Peña Redonda
Chema, más contento que un niño con zapatos nuevos, digo, muy contento con sus botas nuevas
Un bonito contraluz
El último tramo antes de llegar a la pista
Aquí ya, bajando por la pista
El paisaje ya, con las sombras del atardecer
Muy abajo a nuestra derecha dejamos el pueblo de Rabanal de las Llantas
El Curavacas se pone sombrero
Alguno se encarama en un montículo a la orilla del camino para disfrutar mejor de las vistas
El Espigüete con las luces del atardecer. Cumpliendose la ley de Chema según la cual, en la zona por donde anda el 2000 y Pico casi siempre hay un accidente, pero no en el grupo. El sábado tuvo lugar el rescate de un montañero salmantino que había sufrido una caída en el corredor Noreste del Espi. Se desconocen las causas de la caída y parece ser que esta grave. Vimos el helicóptero cuando se acercaba al rescate y practicamente pasó sobre nuestras cabezas cuando regresaba. Desde aquí rogamos por su pronta recuperación. Está claro que siempre se asume un riesgo en nuestra actividad, pero bajo mi punto de vista, si se actúa con prudencia e inteligencia, ese riesgo disminuye, y lo que queda, creo que bien merece la pena asumirle, dado las satisfacciones que esta estupenda actividad nos proporciona a todos los niveles.
El sol se acerca a su ocaso. La baja temperatura deja una atmósfera limpia y transparente que me embelesa.
Cerca ya de la carretera, la montaña que hoy hemos visitado, nos ofrece esta magnífica imagen con las últimas luces del atardecer. A las seis y media de la tarde, después de nueve horas de actividad, finalizamos la marcha, con la sensación de que es una de esas que te deja huella para una larga temporada. Hemos sufrido un poco, y nos ha costado llegar a la cumbre, precisamente por eso, la cumbre, y el final de la marcha nos satisface doblemente. Por último, quiero dedicar este reportaje a los que decidieron quedarse en casa, y bien decidido estuvo, aunque se echó en falta su siempre agradable compañía. También se lo quiero dedicar a los que están de recuperación pos operatoria y que de momento va muy bien, también les tuvimos en nuestra memoria. UN ABRAZO PARA TODOS
2 comentarios:
Vamos a ver, intrépido guía:
1.- Quiero darte la enhorabuena por tu buen documento de la marcha. Yo no sé si todo esto te sale a tí, porque sí, o es que lo has copiado de algún libro. ¿Acaso de Reinhold Messner?
2.- Los vídeos, ¿que quieres que te diga? Lo mejor, el sonido, en estéreo y cuadrafónico. ¡Podías poner la mano en el micro para evitar un poco el ruido, ¿no? ¡Joder! Me he quedado sordo oyéndolo.
3.- Como te has quedado en la retaguardia, no has podido salir en las fotos. La próxima vez, espabila.
Yo llegué con buena zurra encima. Menos mal que me han respetado las agujetas.
Quiero decir a todos que si no se saco la foto de cumbre con la bandera fue porque no hacía para ello y el aire molestaba, aparte del frío.
Damos fe todos de el logro.
Ya veo que se trata de dar envidia, pues lo habéis conseguido.
Ya me habría gustado pasar frio con vosotros, pero como le dije al guia en mi casa manda mi mujer y tuve que acompañarla a Reinosa, (por impedimento legal).-
El 18 nos vemos si el tiempo y mi mujer nos deja, que parece ser que si.-
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