Desde el día 1 de Noviembre del pasado año, teníamos una deuda pendiente con el Pico Obesón y con el Prao Bos. La dificultad del terreno, lo poco marcado de los senderos, que transcurren en su mayoría entre arbolado y el poco tiempo de sol disponible, hizo que nos tuviésemos que dar la vuelta sin encontrar el Prao Bos, punto clave para acercarse a las proximidades del Pico Obesón.
Como todo este recorrido desde Miñances en la carretera Unquera-Panes hasta el Obesón, pasando por la majada de Vierru, es de una belleza que no tiene nada que envidiar a cualquier otra zona tanto de Picos como de la cordillera, esta marcha la pusimos de nuevo en el calendario de este año y el sábado pasado día 7 nos dispusimos a saldar esa deuda.
Estos somos los seis que nos juntamos para tal menester. Ninguno de los que me acompañaron el año pasado repite en esta ocasión. Como decía Jelu, "esta vez has escogido al equipo adecuado", aunque la verdad es que os echamos de menos a todos, y en especial a Chema, que por una inoportuna lesión, a última hora no pudo acompañarnos.
El año pasado, a poco de comenzar la ascensión ya tuvimos problemas para seguir el sendero, lo que nos hizo perder bastante tiempo. En esta ocasión, con la lección aprendida, ascendemos sin contratiempos.
Llegamos a la majada de Miñances que en otros tiempos de mayor actividad ganadera debió ser un precioso lugar. Hoy, con el abandono, se encuentra todo muy deteriorado. Las cabañas medio derruidas, y la campa cubierta de maleza.
Seguimos ascendiendo con alguna dificultad para seguir el camino, pero entre la guía del Angel Sanchez Antón que trae Mayte y lo que recuerdo de la vez anterior, lo resolvemos sin problemas.
Tras superar una empinada y larga cuesta, y tras casi, casi, arreglar todos los problemas que tiene este país, llegamos a las Colladinas, en la arista que desciende de la Cabeza Sal del Gato y desde donde se tiene ya a la vista la majada de Vierru.
Siguiendo un casi imperceptible sendero que atraviesa la empinada ladera que cae de la Cabeza Molleda, llegamos enseguida a la majada, donde nos paramos a tomar las once, que ya lo son.
Lo hacemos acompañados por Manuel Mier Espina, el pastor que junto a un hermano suyo, permanecen todo el año viviendo en esta majada cuidando del ganado que por aquí tienen. Por cierto que tanto el como su hermano, son mencionados en la guía que trae Mayte y aquí les vemos comprobando dicha mención.
También nos indica algún detalle de donde tenemos que comenzar a ascender para llegar al escondido Prao Bos.
Y efectivamente, en esta ocasión, acertamos a coger el leve sendero que nos asciende hasta ese emblemático lugar. Aquí estamos ascendiendo por dicho sendero y haciendo una paradita para contemplar el collado las Cuerres que acabamos de atravesar.
Y llegamos al Prao Bos, único paraje llano de toda esta zona de empinadísimas canales y cuestas.
Otra parada para contemplar la magnífica vista que se nos ofrece hacia la costa.
En primer término el collado las Cuerres, con las cabañas de Vierru al fondo y la ladera por donde hemos llegado a este idílico lugar.
Desde el Prao Bos ascendemos por un marcado sendero hasta llegar a Entrejano, una vega situada por encima de la carretera que va de Tielve a Sotres y desde donde se accede por nuestra izquierda al Pico Obesón, nuestro objetivo de hoy, y por nuestra derecha a la majada de Tordin.
Nosotros nos tiraremos hacia la izquierda, (¡siempre! ¿verdad Jelu?) pero antes nos acercaremos a una fuente que según indica el mapa, se encuentra frente a nosotros, en la cabeza del regato que se ve por debajo de la zona rocosa en el centro de la fotografía.
Por encima de la Cruz de Entrejano aparecen Los Albos y parte de la Peña Main.
En la fuente, que tiene un coqueto caño (a la izquierda de la fotografía)
Iniciamos la ascensión hacia el Obesón con esta vista del macizo central.
Y a las 2,30 tras seis hora de ascensión llegamos a la cumbre, donde nos fotografiamos con el horizonte del mar 1.449 metros por debajo nuestro, al fondo.
En la cumbre sopla un fuerte y "fresco" viento del suroeste, por lo que nos parapetamos tras unas rocas cerca de la cumbre para dar cuenta de nuestra comida. En el trascurso de la misma, Jelu nos propone desechar la bajada que yo llevaba pensada por el salto el Caleyu y descender hacia la majada de Tajadura y continuar en travesía hasta el collado Llamea y desde aquí descender por Oceño.
En principio surge la discrepancia de por donde hay mas kilómetros, pero al final aprobamos todos su propuesta y dejamos la cumbre siguiendo los pasos del que va ha ser ahora nuestro guía, ya que el ya ha recorrido esos caminos.
Su opción para descender hasta Tajadura es tirar mas o menos a derecho por el monte, sin ningún sendero que nos guíe y con un terreno muy difícil de recorrer. El llegar a la majada nos lleva mas de dos horas lo que con un terreno mas propicio no nos hubiese llevado mas de media, y tras el percance de Jesús ya contado por Jelu y varios bufidos y varias maldiciones mías, por fin vemos con gran alivio las campas y las cabañas de Tajadura.
Desde aquí siguiendo un sendero mucho mas cómodo iniciamos la travesía hacia el collado Llamea.
Desde donde tenemos esta vista del cordal del Carraspión en cuya otra vertiente se encuentra el pueblo de Oceño.
Pasamos por encima de la majada de Nario y de la pequeña cumbre que hay en sus inmediaciones y que visitamos hace unos años. Al fondo la omnipresente majada Vierru, por donde pasamos esta mañana.
Vamos cambiando totalmente de ubicación y ahora vemos al fondo el camino recorrido esta mañana para llegar a Entrejano.
A la izquierda de la foto se ve la cumbre del Obesón y el espeso monte de hayas con el que tuvimos una dura pelea después de hacer cumbre.
También vemos en la lejanía iluminado por el sol, el pueblo de Arenas de Cabrales.
Llegamos al collado Llamea e iniciamos el descenso hacia Oceño.
Dejamos a nuestra izquierda el valle Collantes.
Una vez mas, Vierru.
Impresionantes contrafuertes rocosos caen de la zona de Nario entre un espeso bosque de hayas. Por el centro de la foto ascendimos cuando visitamos esta bella majada hace unos años.
En lo profundo de estos abismos se distingue la cabaña de la Redondina (Reondina para Jelu) impresionante lugar que también visitamos hace tiempo.
Empapándonos del paisaje cerca de la Braña Carraspión, lugar donde tomamos el champán al finalizar el año 2.013.
A nuestras espaldas quedan el Cueto la Cerralosa y el collado Galavín.
Y tras pasar y parar en Oceño donde nos pusimos morados de cerveza, queso, jamón y pan, llegamos a Mildón tras doce horas y media de actividad con la plenitud de haber recorrido unos parajes con una belleza que no tienen parangón.
Os dejo el vídeo de la marcha ¡Y HASTA LA PRÓXIMA!
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