La marcha que nos ofrecían para este día, comenzaba en los Collados del Asón donde nos dejaba el autobús, para dirigirnos hacia los Campanarios accediendo a estos por el único punto débil que ofrece la vertical pared de su cara norte, el Coladero, también llamado de la tortuga, por la figura
de roca que existe al inicio de esta canal y que tiene la forma de este animal. Tras hacer cumbre en los Campanarios seguiríamos el cordal pasando por la cabaña del Pozo hasta llegar a la Mota Primera donde se desciende una píndia canal herbosa para iniciar una travesía a media ladera hasta llegar a las cabañas de Bustalveinte. Desde aquí tendríamos que perder algo de altura para llegar a Brenalengua, ascender hacía Branacobos y desde aquí hacer cumbre en la Porra de la Colina. Después descenderíamos hacía el Pradio, monte Cerilla, invernales El Albeo, para finalizar la marcha en el pueblo de Asón.
Pero el día nos salio rana, y aunque no nos llovió, desde que salimos a las 10 de la mañana de los Collados del Asón, hasta que regresamos 7 horas mas tarde, en ningún momento dejamos de estar rodeados por una espesa niebla que en algunos momentos no nos dejaba ver a mas de 20 m.
En la salida nos dividimos en dos grupos. 16 nos desviamos hacia Los Campanarios. El resto se dirigen a coger la subida directa al Colina.
Estos son los que suben al Colina.
Nosotros nos dirigimos hacia el hayedo que se encuentra por debajo de los Campanarios.
En este tramo la niebla parece que hace amagos de ir abriendo y nos deja ver al otro grupo que progresa por debajo nuestro. Pero fue un falso espejismo.
Nos vamos introduciendo en el hayedo.
Carlos el guía va siempre en cabeza. El resto, como debe ser, nos dejamos guiar sin rechistar.
Tras superar una empinada ladera herbosa, nos arrimamos a la vertical pared de los Campanarios. Pegados a ella vamos en busca del Coladero.
Llegamos a el y comenzamos a superar la vertical canal. Enseguida se llega a una espectacular cueba con un enorme agujero que se pierde en las alturas.
Desde dentro de la cueva fotografío al personal. Como se ve al fondo, la niebla no nos deja ver nada.
La canal hacia arriba.
Apenas llegamos a ver la famosa tortuga que se encuentra un poco por encima de la cueva que acabamos de visitar.
Enseguida se termina el Coladero. Ahora solo nos queda superar una pequeña canal para llegar a la cumbre izquierda de los Campanarios.
El grupo en la cumbre. Sin ver na de na.
A continuación nos dirigimos hacia la cabaña del Pozo siguiendo todo el cordal. La niebla nos sigue ocultando todas las vistas posibles.
Al cabo de un rato llegamos a la cabaña del Pozo. Hasta que no estuvimos encima de ella no llegamos a verla.
En la parte superior de la cabaña existe una chimenea y unos bancos para en caso de emergencia. El guía aprovecha para sacar el agua de sus botas.
A la derecha se intuye el pozo de la cabaña del Pozo.
Continuamos detrás del guía cada vez mas cercados por la niebla. Hasta la cabaña el terreno era conocido por mi. A partir de aquí ni pajolera idea de por donde vamos.
Entre que vamos a todo trapo y la niebla, en cuanto te descuidas un poco pierdes el contacto con el grupo, aunque de vez en cuando se hacen pequeñas paradas de reagrupamiento, que no se nos pierda nadie.
En una de estas paradas el guía se aleja del grupo en busca de una canal para iniciar el descenso hacia las cabañas de Bustalveinte. Enseguida nos llama para que le sigamos y nos metemos en una empinada canal herbosa que nos exige la máxima concentración. Así y todo nos damos mas de una culada.
Tras descender esta canal comenzamos una travesía a media ladera sin senderos. Enseguida descendemos otra mas corta pero igual de empinada. Continuamos en travesía totalmente rodeados por la niebla sin saber (yo) donde estamos ni hacia donde vamos. Confianza total en el guía, no queda otra.
Al cabo de un rato de caminar en ladera, iniciamos el descenso de otra canal a nuestra derecha y milagrosamente aparecen entre la niebla alguna de las cabañas de Bustalveinte.
Son casi las 2,30 ¡habrá que comer, no?. Aquí ya se nos ve en la sobremesa.
Iniciamos el descenso hacia Brenalengua para desde allí iniciar el ascenso hasta el Colina. Nos metemos en un hayedo siguiendo un marcado camino el cual abandonamos a los pocos metros. Al principio vamos siguiendo un sendero que al llegar a una campa desaparece. De pronto hacemos una extraña maniobra y tengo la sensación que hemos dado una vuelta y estamos volviendo sobre nuestro pasos, pero enseguida encontramos un marcado sendero con balizas señalizadoras de pequeño recorrido y seguimos caminando por dicho sendero.
Enseguida nos mete en un gran hayedo con alguna de sus habitantes cortándonos el paso. El sendero siempre en descenso, nos introduce cada vez mas en el y poco a poco la sensación en el grupo es de que vamos sin saber hacia adonde. Lo que está claro es que no estamos subiendo hacía el Colina.
Tras un buen rato de caminar entre grandes hayas desembocamos en Branaromán, bastante lejos de Brenalengua a donde teníamos que haber llegado.
Carlos nos propone dirigirnos en busca de la bajada hacía el pueblo de Asón, pero son las 4,30 y nos comenta que nos llevaría el descenso desde aquí unas tres horas y media.
Demasiado tarde para el autobús, así que nos dirigimos hacia los Collados para finalizar allí nuestra marcha. Allí nos espera el autobús y los componentes del otro grupo, que ellos si que hicieron cumbre en la Porra de la Colina.
Una pena de día, disculpa para que nuestro grupo prepare una buena ruta ha realizar por la zona a no mas tardar para el mes de Julio....,eso si, ¡en un día sin niebla!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario