Ascensión mañanera al Mortillano

El pasado sábado 21 ante las dificultades para hacer algo mas "consistente", Jose y yo madrugamos para subir al Mortillano por el Portillo de Allues, ascensión que realice junto a Mayte y Chema en Octubre del año pasado y que Jose no conocía, con la intención de para las tres o tres y media como muuy tarde, volver a nuestras casas para comer.
A las 7,15 partimos del Km. 6,5 de la carretera que asciende del pueblo de Arredondo al Collado del Asón. En este punto kilométrico y en la margen izquierda de la carretera en sentido ascendente, arranca el sendero que nos lleva hasta el Portillo de Allues, uno de los pocos pasos que existen para salvar el larguísimo farallón rocoso que con marcada orientación norte/sur, cae desde la zona del Mortillano hasta el Collado del Asón.

En la primera parte del recorrido, el sendero asciende en continuos zigzag entre unos magníficos ejemplares de encinas, a la vez que se va teniendo una magnífica vista de este cerrado valle que ha formado el río Asón.

En la ladera opuesta que forma el valle, tenemos una amplia vista de la zona de Los Apartados, uno de los muchos rincones que merece la pena conocer de esta zona.

 Y nuestro precioso tesoro descubierto también el año pasado, la arista que sube desde el pueblo de Asón hasta el Mosquitero. ¡Estoy deseando volver a repetirla!

 Tras atravesar una inclinada pradería con un par de cabañas, nos acercamos a la parte mas píndia de la subida salpicada por unas impresionantes hayas.

Que ya comienzan a lucir sus verdes galas primaverales.

A nuestras espaldas tenemos, al fondo a la izquierda, asomando la Peña Lusa y a la derecha los Campanarios y los Castros de Horneo.

Estos últimos con mas detalle.

Con rapidez vamos ganando altura.

Curiosa esta haya abatida con forma de insecto gigante.

La canal por donde transcurre el sendero que sube hasta el Portillo de Allues, tiene un poco confusa su entrada, pues el sendero por esta zona esta poco marcado y el terreno es bastante caótico. Ya nos paso la vez anterior que subimos por aquí, y en esta ocasión en lugar de dar con la canal del Portillo, acabamos en otra canal que hay un poco a su derecha, esta sin sendero, pero que se puede superar sin problema tras una trepada fácil al final de la misma.

Jose superando esa trepada.

Y Jose tras salir de la canal.

La canal que acabamos de superar.

Yo tras superar la trepada.

Una vez en la meseta superior, nos vamos en busca del sendero que sube de los Collados del Asón hacia el Mortillano.

Subiendo por dicho sendero, nos vamos acercando a la Porra del Mortillano, donde haremos la primera cumbre.

A nuestra derecha dejamos el Mazo Grande, llamativa cumbre de 1.200 m.

Llegando ya a la Porra del Mortillano, vemos la larga e inclinada meseta que acabamos de superar. Su parte final es un gran lapiaz totalmente impracticable y que se supera por la parte izquierda de la fotografía.

Foto a contraluz en la cumbre de la Porra del Mortillano de 1.382 mt.

Al norte tenemos ya relativamente cerca el Mortillano, punto culminante de la zona, que lleva mas tiempo del que parece llegar hasta el, debido al complicado terreno kárstico que lo forma.

 El barranco de Rolacias con el Porracolina.

Acercándonos al Mortillano.

Salirse en esta zona de los poco marcados senderos que existen, hace prácticamente imposible poder progresar por ella.

Una vez en el Mortillano, vista hacia la zona del Hoyo Masallo, terreno totalmente impracticable.

Hacia el norte vemos al fondo, la cumbre de Peñas Rocias.

Foto de cumbre en el Mortillano, 1.411 mts., como se puede apreciar, no me dio tiempo a llegar para posar como es debido.

Al sur, la Porra, donde hicimos cumbre hace un rato.

Nos planteamos la posibilidad de llegarnos hasta la cumbre de Peñas Rocias, con la duda de si no se nos hará muy tarde para regresar a casa a la hora prevista. Decidimos ir y ver sobre la marcha.

Seguimos por un poco marcado sendero que va salvando los grandes farallones rocosos que pueblan todo esta zona.

Poco a poco nos vamos acercando a la gran depresión que antecede a la subida de la cumbre de Peñas Rocias, pero sin darnos cuenta el reloj ha ido corriendo y con lo que nos queda para llegar a la cumbre y el regreso hasta coger el sendero de descenso, las cuentas no nos salen, y si queremos volver a casa antes de las tres y media, no nos queda mas remedio que darnos la vuelta y dejarlo para otra ocasión. Esta claro que para hacer todo este recorrido hay que emplear un día completo.

Al fondo a la derecha se intuye la subida a las Peñas Rocias. Aquí nos damos la vuelta

Otra vista del hoyo antes de la cumbre y de la horcada de donde nos hemos dado la vuelta. También se puede apreciar lo difícil que es de transitar este terreno.

 Tenemos que regresar hasta el pie del Mortillano para coger el sendero de descenso. Pasamos junto a esta curiosa roca que parece apuntar hacia el cielo.

 Jose se ve minúsculo ante la mole rocosa.

En un tramo nos separamos, el dice que este farallón se salva por la izquierda y yo le digo que hay un sendero por la derecha, los dos teníamos razón. Jose se asoma en un cortado por encima de mi cabeza.

Comenzamos el descenso dejando atrás el caótico terreno.

Jose me saca esta bonita foto con el Porracolina al fondo.

El sendero salva un paredón pero nosotros no le cogemos bien y tenemos que realizar una corta pero comprometida travesía que salvamos sin ningún contratiempo.

Ya por un cómodo sendero continuamos el descenso disfrutando de las vistas y de los preciosos parajes que vamos recorriendo. En esta vemos las fajas que caen de la cumbre del Colina.

Nos vamos encontrando varias cabañas, la mayoría en avanzado estado de ruina.

Atravesamos un pequeño en extensión monte de hayas, pero con unos ejemplares impresionantes.

Algunas de las mas grandes yacen en el suelo arrancadas por algún huracanado vendaval.

Este ejemplar parece haber brotado de la misma roca.

Dejamos a nuestra izquierda el Portillo de Allues, que se ve a la izquierda de la foto con varias hayas, y a la derecha la canal por donde subimos nosotros. Aquí cerramos el circuito y a partir de ahora descendemos por el mismo sendero que utilizamos en la subida.

 Descendemos las pendientes praderías para continuar por el bonito sendero que nos baja hasta la carretera..

Y disfrutando de una preciosa mañana de primavera, pasadas las dos llegamos al coche, tras siete horas de marcha. A nuestras casas llegamos un poco antes de las tres y media, después de parar en Arredondo a degustar unas refrescantes cervezas con los deberes muy bien hechos. Bueno lo de llegar a las Peñas Rocías nos ha quedado "pendiente para septiembre"