Nos juntamos 38 miembros/as de los grupos Peñas Arriba y 2000 y Pico/Gominolas, que aunque parezca mentira, salimos todos en la foto, sacada por la simpática conductora del autobús que nos traslado hasta el punto del inicio de la marcha.
En la otra vertiente del valle vemos estos bucólicos parajes.
Al cabo de un rato el camino nos introduce en el hayedo La Zamina, último vestigio de lo que fue un gran bosque de hayas y que fue esquilmado para proveer de madera a la fábrica de cañones que existió en La Cavada. Dentro del bosque atravesamos el borde de un lapiaz.
Salimos del hayedo y dejamos el camino para ascender campo a través en busca de los primeros Picones.
Cada uno sube a su ritmo, como debe ser. Magnífico el fondo que tenemos.
Llegamos a la parte alta del cordal e iniciamos el recorrido de la crestería que forman los Picones y que se van superando en un continuo sube y baja.
Una ligera niebla que viene de la zona del Pas amenaza con ocultarnos las estupendas vistas que desde aquí se divisan.
Pero afortunadamente, solo ha venido para realzar aún mas la belleza de la zona.
Con un grupo tan numeroso, es lógico que la gente baya muy dispersada. Eso se corrige realizando de vez en cuando una parada de reagrupamiento, como aquí se ve.
La niebla va desapareciendo cuando ya vemos al fondo el último Picón, que resulta ser el de mayor altitud, 1.276 m. Su nombre, Pico del Haya.
Nos vamos acercando a el. Son ya casi las dos, así que puede ser el sitio y la hora ideales para parase a comer.
Pasado el Pico y tras descender unos metros hacia el Portillo de Ocejo, encontramos el sitio ideal.
Aqui estamos ya en la sobremesa, algunos, con siesta incluida, con el puerto de Lunada y el Pico de la Miel al fondo.
Estamos en un estupendo balcón desde donde se domina gran parte del territorio pasiego.
Y llega el momento de ponerse en marcha. Iniciamos el descenso hacia el Portillo de Ocejo. Al fondo vemos la bolita del Picón del Fraile.
A nuestra derecha se ven los primeros frutos de los intentos de reforestación de la zona.
Desde el Portillo veo a los últimos que descienden hacia la carretera de Lunada, a donde llegaremos para acercarnos después hasta el resbaladero, que son los restos de una especie de gran muro de piedra por donde descendían los troncos de madera que se iban cortando por las laderas superiores y que luego los seguían descendiendo utilizando la fuerza del agua del río, tras apresarla y luego soltarla para que la madera fuese arrastrada con el ímpetu del agua.
El personal en un momento de relajo sobre el resbaladero.
A continuación hacemos una visita a la casa que se ve al fondo y que parece ser la llaman la casa del rey.
Es una casa con escudo y con una construcción mucho mas elaborada de lo que es normal por la zona.
Aquí vemos la arista noreste del Castro Valnera, nos preguntamos si es posible su ascensión. Alguien dijo que si, que solo tiene un paso con algo de patio pero que se pasa bien. Abra que apuntarla en la agenda para venir a recorrerla.
Cogemos un sendero que por la orilla del río nos irá bajando valle abajo hasta llegar a La Concha donde nos espera el autobús que nos devolverá de regreso a Santander.
Eso si, primeros nos hidratamos muy bien con unas refrescantes cervecitas.
Solo decir, que una vez mas ¡ha sido un auténtico placer!
¡HASTA LA PRÓXIMA! ¡NO OS OLVIDÉIS DE VER EL VÍDEO!
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