Ademas contaba con otro aliciente muy atrayente. Tras estropearse mi cámara de fotos y vídeos el sábado anterior y después de haberme pasado por Media Mark para comprar otra, ardía en deseos de poder estrenarla, y que mejor estrene que en esta espectacular ruta que tantos rincones de gran belleza esconde.
Y tras el bonito reportaje que ha puesto Tomás en el blog de Gominolas, aquí os pongo yo el mio, completando así una buena visión de lo que fue la ruta.
En la foto de salida se ve a todos los que nos juntamos para disfrutar de este día tan espectacular de montaña que al final tuvimos.
Con la mayoría hacia ya tiempo que no coincidía.
Salida del pueblo de San Esteban.
Hoy con la cámara nueva veo cosas fotogénicas por todas partes. Esta la de un gigante caído.
Al pasar por el mirador de Cueto Bea, el personal posa para los fotógrafos.
El pueblo de donde hemos salido va quedando muy abajo.
Así de caótico es el terreno por donde nos movemos.
El sendero nos introduce en el monte Robicores donde nos encontramos algunas hayas de gran porte, aunque mas de una no ha aguantado los vendavales.
Como tengo que probar mi nueva cámara en todos los terrenos, lo hago con estas florecillas que nos indican que ya estamos en primavera.
Y también con este bonito contraluz.
Chema y Dani se encaraman en estas piedras con no muy limpias intenciones, Paco sube tras ellos para poner un poco de cordura.
El sendero se comienza a poner bastante vertical y nos comienza a mostrar sitios increíbles.
Al fondo tenemos el Tiolda o "pequeño Naranjo" por la visión que de el se tiene cuando se pasa por la carretera del desfiladero.
El sendero parece conducirnos a sitios imposibles.
Pero siempre tienen salida, aunque sea por canales muy empinadas.
¿De donde salen esos?
¿Y adonde se dirigen estos?
Lola, con la sierra Nedrina que tan bien conocen Jelu y Tomás al fondo.
Atravesamos canales que parecen acabar en el abismo.
San Estaban cada vez mas lejos.
Tras parar a tomar las 11 disfrutando de un muy buen momento de cháchara, nos ponemos de nuevo en marcha para llegar al collado de los Cabreros que se ve a la izquierda de la foto.
Enseguida se nos muestra esta vista de Rumenes, con el cruce donde arranca la carretera que sube hasta San Esteban y hasta Cuñaba.
Esta de la Peña Llaneces con el desfiladero a sus pies.
Al fondo tenemos los pueblos de Peñarrubia por encima del pueblo de la Hermida. En el centro destaca el monte de Santa Catalina donde se encuentra el mirador del mismo nombre y que este grupo ya ha visitado en alguna ocasión.
Seguimos progresando por un sendero incomodo que nos exige la máxima atención.
Vista "super aérea" de la central de Urdón.
Pasando la Jorcá del Picayo, puerta natural del episodio que da nombre a nuestra ruta de hoy.
Desde donde se tiene esta vista del puerto de Pelea por encima del pueblo de Bejes.
Superando la otrora peligrosa Pasá del Picayo, que hoy ha sido "dulcificada" con algo de cemento para apoyo de los pies y de un cable para el agarre con las manos.
El pueblo de Bejes y la subida hacia el collado Pelea, arriba a la izquierda.
Se nos van apareciendo las cumbres nevadas del macizo Oriental.
Con el potente zoom de mi nueva cámara "atrapo" la caseta de la canal de Reñinuevo, donde se aprecian las vertiginosas escaleras por las que se desciende tras recorrer esta otra espectacular ruta.
Otro tramo en descenso que nos exige la máxima atención, con el suelo muy pedregoso y resbaladizo.
Este tramo ya es mas cómodo.
Parece que va por una auténtica pared.
El puntiagudo Cuetodave con el collado de Osina a su derecha.
Se nos muestran las cumbres del Oriental algo tapadas por las nubes. Vemos el Macondiu y a sus pies las majadas de la Llama y de la Cerezal.
El ir a cola del pelotón me permite captar estas vistas de la senda.
Esta con el Alto de las Verdianas al fondo.
Por fin, ya damos vista al pueblo de Tresviso.
Los buitres nos sobrevuelan de vez en cuando en busca de "carroña".
El macizo central con muchas nubes y con mucha nieve aún.
Llegando a Tresviso nos encontramos con estos restos de un caballo, imaginamos que víctima de alguno de los aludes que se ve han caído por la zona este pasado invierno.
Tresviso con el Samelar al fondo.
Cerca de las 2,30 llegamos al pueblo, casi todos con un hambre canina.
Tras comer, beber y reír iniciamos el descenso hacía la central de Urdón. Por enfrente del camino se ve por donde discurre el inverosímil sendero que recorre la llamada canal de Reñinuevo.
Algunos se quedaron con las ganas de recorrerlo, pero tendrá que ser en otra ocasión, según la guia, desde Tresviso hasta Urdón lleva 4,30 horas.
El monte de hayas comienza a verdear.
Por esta pared trascurre otra ruta increíble que realizamos hace tiempo y que no me importaría repetir, el Tombu Robru.
Y esto fue todo, bonita ruta, bonito día y estupenda y "ruidosa" compañía.
Hoy el vídeo de la ruta va en dos partes, debido a un problema de configuración de mi nueva cámara que ya esta corregido, pero que en esta ocasión me ha obligado a partirlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario